Zaratustra se marchó a la montaña; esperando gozar de su soledad se encontró con Caín, Prometeo y Sísifo; obviamente,no salió nada "bueno" para los "buenos": Bajó de la montaña
el Zaratustra anarquista y rebelde.

martes, 14 de julio de 2015

Preludio a la anarquía de Francisco Antonio Paul Terrero en Venezuela

Transcurre el año de 1810 y comienza a gestarse la Sociedad Patriótica. Su creación es atribuida a Francisco de Miranda, quien ya en 1798 había fundado la “La Gran Reunión Americana”, Logia de los caballeros Racionales o Logia Lautarina, como una organización ideológica y política basada en los principios del liberalismo y cuyo fin era llevar a cabo la revolución de la independencia de Hispanoamérica estableciendo un gobierno republicano.
            Luego de los acontecimientos del 19 de Abril, con la renuncia de Vicente Emparan, surge la Junta Suprema Conservadora de los Derechos de Fernando VII en las Provincias de Venezuela, con el fin de ejercer un gobierno autónomo desde la Capitanía General conformado por miembros de la oligarquía criolla, siendo una de sus primeras medidas, el envío de misiones diplomáticas a Londres, Estados Unidos y Curazao para solicitar apoyo a la revolución y reconocimiento de la Junta como regidora de Venezuela en ausencia del Rey.
              A Londres fueron enviados Simón Bolívar, Andrés Bello y Luis López Méndez, quienes para lograr el apoyo de Inglaterra establecieron contacto con Francisco de Miranda en virtud de su trascendente trayectoria. Este esfuerzo fue infructuoso, pero incide en el retorno de Miranda a Venezuela, ocurrido en La Guaira el 10 de Diciembre de 1810. De manera informal ya se iniciaban las actividades de la Sociedad Patriótica.
            Los principales objetivos de dicha sociedad era la declaración de la independencia de Venezuela y, consecuente con la ideología y los principios liberales, comunes a la Gran Reunión Americana, establecer un régimen republicano y democrático, que seria permanentemente defendido por Simón Bolívar a través de sus escritos y su oralidad. Esta acotación es necesaria para evidenciar el interés de la Historia Oficial, la del poder o los vencedores si se prefiere, aquella que realiza una cuidadosa selección de sucesos que pueden ser modificados convenientemente desde el mismo momento en que ocurren o incluso mucho tiempo después, exaltando a ciertos personajes, sus proyectos e ideas, hasta convertirlos en emblema, omitiendo, negando, ocultando y silenciando a otros, a los vencidos, los de abajo, los oprimidos, sus sentimientos, ideas y posturas.
            Francisco Antonio Paul Terrero es uno de un sinfín de silenciados de la Historia de Venezuela, la Historia Oficial de uno de los tantos Estados-Naciones y Republicas fundadas como consecuencia del auge de los principios de liberalismo político y económico puestos de manifiesto a través de la Revolución Estadounidense y la Revolución  Francesa.
“Coto Paul”, llamado así debido a que padecía de hipotiroidismo, enfermedad que produce un aumento de tamaño de la parte anterior e inferior del cuello, en un mundo ya plagado de las ideas liberales, hacia escuchar su voz en una de las sesiones de la Sociedad Patriótica, a través de lo que puede considerarse como un poema a la anarquía, confrontando con osadía y vehemencia, a los partidarios del centralismo y a los detractores del federalismo:
“¡La anarquía!: “¡La anarquía! Esa es la libertad cuando para huir de la tiranía desata el cinto y desanuda la cabellera ondosa. ¡La anarquía! Cuando los dioses de los débiles, la desconfianza y el pavor la maldicen, yo caigo de rodillas en su presencia. ¡Señores! ¡Que la anarquía, con la antorcha de las furias en la mano, nos guie al Congreso, para que su humo embriague a los facciosos del poder y la sigan por las calles y plazas gritando libertad!”.

             Hasta el colmo de repetidos y adoctrinadores salmos responsoriales bolivarianos se ha dado a conocer aquellos personajes que influyeron en el pensamiento liberal y republicano de Simón Bolívar, menciónese  Rousseau, Montesquieu, Bentham, Locke y Voltaire, pero que hay de aquellos quienes inspiraron estas poéticas palabras de apasionado levantamiento pronunciadas por Coto Paul en 1811, al referirse a la anarquía.
            Pierre Joseph Proudhon es el primero en definirse explícitamente como “anarquista” y el primero en utilizar la palabra “anarquismo”, pero esto ocurre en 1840, veintinueve años después de las palabras de Coto Paul, en ocasión de su libro “¿Qué es la propiedad? O una investigación acerca del principio del derecho y del gobierno”, al reflexionar acerca de las diferentes formas de gobierno: “¿Qué forma de gobierno es preferible? –¿Y aún lo preguntáis –contestará inmediatamente cualquiera de mis jóvenes lectores–, ¿no sois republicano? –Republicano soy, en efecto, pero esta palabra no precisa nada. Res publica es la cosa pública, y por esto quien ame la cosa pública, bajo cualquier forma de gobierno, puede llamarse republicano. Los reyes son también republicanos. –¿Sois entonces demócrata? –No. –¿Acaso sois monárquico? –No. –¿Constitucional? – Dios me libre. –¿Aristócrata? –Todo menos eso. –¿Queréis, pues, un gobierno mixto? –Menos todavía. –¿Qué sois entonces? –Soy anarquista.”
            Sin embargo, antes que Proudhon, otros pensadores exponían sus ideas afines a la anarquía y el anarquismo tal como es concebido hoy día, y posiblemente influyeron en Coto Paul, como es el caso de Étienne de La Boétie con su “Discurso sobre la servidumbre voluntaria o el Contra uno” publicado en 1548; y William Godwin con su obra publicada en 1793 (en plena Revolución Francesa) titulada "Disquisición sobre la justicia política y su influencia en la virtud y felicidad de la gente”. 
            Otros personajes que posiblemente hayan inspirado a Coto Paul, son Babeuf y Boissel con su “Catecismo del genero humano” (1789), y Marechal con su “Manifiesto de los iguales” (1796). Cabe destacar que Babeuf y Marechal organizaron un movimiento que denominaron “La conspiración de los iguales” (1796) con el fin de derrocar el Directorio del régimen thermidoriano de la Primera Republica Francesa, durante la Revolución Francesa, pero fracaso por causa de traición.
            En Godwin, Étienne de La Boétie, Babeuf, Marechal y Boissel, encontramos el preludio de la anarquía en Venezuela, eso es Francisco Antonio Paul Terreros, una expresión de poesía y acción de sublevación contra los facciosos del poder, el preludio de la anarquía en Venezuela.


jueves, 9 de julio de 2015

La esencia de la Pedagogía

Las palabras constituyen un conjunto de sonidos con significados y representación grafica definida. El uso de ellas, para denotar e interpretar la realidad refleja una capacidad y una limitación, considerando la posibilidad de alcanzar parcial o totalmente la comprensión de dicha realidad. Pero, de dónde procede esta capacidad y esta limitación; de las palabras en tanto que es un instrumento, o del sujeto que las utiliza.
            Parece que las palabras son insuficientes para designar a aquello a lo que nos referimos, o bien, que siendo suficientes, esto es, que existiendo correspondencia entre la palabra que designa y la cosa designada, entonces se desconozca la esencia de aquello a lo cual nos referimos. En el primer caso se evidencia una capacidad inherente al sujeto y una limitación por parte de la palabra; en el segundo caso ocurre una inversión, se aprecia una limitación atribuida al sujeto y una capacidad propia de la palabra.
            Las ideas de sustantivo y adjetivo nos muestran tan solo una forma en que se manifiesta esta dificultad en la relación sujeto-palabra y capacidad-limitación. Definiendo “comunicación” de una manera sencilla, es la acción de comunicar, pero si la “comunicación” en si misma fuera comunicativa, tal vez no tendríamos que hablar de “comunicación efectiva”.
Este problema con frecuencia se presenta en aquellos términos con los que se pretende expresar todo y no dicen nada, tal es el caso de la palabra “democracia”, que hoy día por si sola no significa nada o quizá nunca ha significado nada, razón por la que siempre la hacemos acompañar de adjetivos como “representativa”, “participativa” o “protagónica”; a menos que se desconozca la esencia del sustantivo, que este sea vacío y carezca de significado, o simplemente denote una cualidad que no necesariamente esta presente en el sustantivo, habría que atiborrarlo de adjetivos.
En torno a la Pedagogía, es necesario el abordaje de aquellos aspectos propios de la práctica pedagógica y sus significados, a fin de dilucidar su esencia, significado y cualidad, y a su vez permita describir la crisis pedagógica existente. Como punto de partida podríamos definir “Pedagogía” como una reflexión filosófica, social, biológica y psicológica, acerca del hecho educativo; profundizar en ella es dar respuesta a las interrogantes acerca del como, porque y para que educar, por consiguiente, implica encontrarnos con su significado, esencia y cualidades.
Al emprender un recorrido por las propuestas pedagógicas de algunos autores como: Rousseau, Simón Rodríguez, Max Stirner, León Tolstoi, Iván Illich y Carl Rogers, o John Dewey, María Montessori, Francisco Ferrer Guardia, Alexander Neill y Paulo Freire, encontramos que tienen muchos aspectos en común, y cuyas diferencias quizá se deban a sus particulares ideologías sociopolíticas, pero que en esencia asumen una postura en contra de la pedagogía tradicional y sus rasgos característicos: formalismo, autoritarismo, memorización, automatismo y adquisición sistemática de conocimientos basados en la validación, certificación, reconocimiento, currículo, evaluación, competitividad, programas y horarios, que se llevan a cabo a través de un sistema y una estructura de dominación determinada por la obediencia, la disciplina, la sumisión, el deber, la obligación, la imposición, la arbitrariedad, el miedo y la docilidad, que promueve la tecnocracia y la burocracia, y favorece al pensamiento acrítico en perjuicio del desarrollo intelectual libre y creador.
Extrañamente, las ideas transformadoras de estos autores solo son utilizadas conocidas y reconocidas -previa acomodación, adaptación y acondicionamiento en los lineamientos del Estado, su sistema educativo y su pedagogía tradicional y autoritaria predominantemente conductista- con el fin de sostener, legitimar, perpetuar y conservar el estatus quo, a través de la creación de intelectuales a su servicio, puesto que la consigna desde la elite estatal ha de ser: “que todo cambie para que todo siga igual”.
Esto solo es posible a través de la anulación completa de la autonomía sociopolítica de una sociedad que es condescendiente ante una estructura de Estado, a la cual han delegado y cedido todas sus responsabilidades educativas, permitiendo la vigilancia y control tanto de nuestros propios aprendizajes como el de nuestros hijos.
Finalizado este rápido y efímero recorrido, retomemos aquellas interrogantes que nos permitirán profundizar acerca del significado, esencia y cualidades de la Pedagogía: Entonces ¿Cómo educar? ¿Por qué educar? ¿Para qué educar?
Las respuestas a dichas preguntas son diversas, razón por la cual marcan el origen de diferentes perspectivas pedagógicas, entre las que se encuentra la Pedagogía Libertaria propuesta desde la ideología anarquista, que converge con muchas de las ideas de los autores mencionados anteriormente y esta basada en una serie de planteamientos que son coherentes con su propuesta evolutiva de transformación social, política y económica de la sociedad, contraria al cambio brusco o revolucionario y contrapuesto al Estado, el capital y cualquier forma de autoridad, jerarquía y control social.
He allí la concordancia entre la propuesta sociopolítica del anarquismo (abolición del Estado y el capital para dar paso a una sociedad auto organizada horizontalmente sin autoridad, en la que prevalece la cooperación, el apoyo mutuo, la fraternidad, la solidaridad, la igualdad, autonomía y la libertad) y su propuesta de Pedagogía Libertaria (libertad plena, creatividad, abolición de exámenes, diplomas y menciones honorificas,  progreso natural de las capacidades, autonomía del estudiante en la selección de contenidos, desarrollo de la personalidad y su proceso educativo según sus experiencias, necesidades e intereses). 
La Pedagogía dice mucho acerca de la reflexión del hecho educativo y dirá nada si desconocemos la profundidad de esta reflexión a la que nos hace invitación la misma Pedagogía. Su esencia esta claramente definida y el que su significado tenga valor dependerá de la capacidad del sujeto para comprenderlo.


viernes, 3 de julio de 2015

La voz de la lucha por la autonomía libertaria y los movimientos sociales

Cuando reflexionamos acerca de la Historia como Ciencia Social, desde una óptica crítica y filosófica, en cuanto a las formas en que los seres humanos crean y hacen historia, es un hecho incuestionable la coexistencia de diversas versiones de la historia entre las cuales una de ellas se impone ejerciendo hegemonía sobre las demás, en algunos casos como resultado de pugna por el poder y en otros casos como una relación de opresión de unos (opresores) sobre otros (oprimidos).
En ambos casos el resultado es el mismo: los vencedores, de quienes se dice hacen la historia y marca el destino inexorable de individualidades y comunidades; individuos y colectivos han sido absorbidos y oscurecidos, silenciados y borrados, despojados y arrebatados de su propia historia. En su historia yace la verdad acerca de su vivencia y su existencia pero han sido forzados a renunciar a ella y a aceptar un sinfín de mentiras que le son ajenas.
Esta historia de los vencedores, denominada mas formalmente como historia oficial, describe la historia de la clase política y el Estado, configurando el pasado a través de un minucioso proceso selectivo para su conveniente manipulación e interpretación, condicionando de esta manera el presente y el futuro. De tal manera que esta historia oficial persigue un doble propósito, por un lado, el recuerdo, la permanencia, la conservación, la perduración de las razones de su enaltecimiento, y por otro, el olvido de los movimientos sociales a través del silencio que se le impone.
El presente proyecto de Historia Oral trata acerca de “La voz de la lucha por la autonomía libertaria y los movimientos sociales”, con el fin de dar voz a aquellas personas y colectivos que a pesar de su lucha por la autonomía forjando su propia historia son silenciados y expoliados, tanto de su autonomía como de su historia.
La autonomía, mas allá de la designación tradicional relacionada con la capacidad de un ser para darse sus propias reglas y en apariencia actuar sin intervención externa, es un elemento esencial que distingue a los movimientos libertarios y antiautoritarios, y designa a las fuerzas que conforman a los seres en cuanto a sus aptitudes para desarrollar todo el conjunto de medios que requieran para afirmar su existencia, individual y colectiva, conformando de esta manera una fuerza vital mas poderosa.
En cuanto a los movimientos sociales se refiere, Marisa Revilla Blanco los define como “el proceso de (re)constitución de una identidad colectiva, fuera del ámbito de la política institucional, por el cual se dota de sentido a la acción individual y colectiva”; mientras que Sidney Tarrow asegura que “el poder de los movimientos se pone de manifiesto cuando los ciudadanos corrientes unen sus esfuerzos para enfrentarse a las elites, a las autoridades y a sus antagonistas sociales”. De cualquier modo, en ambas definiciones aplica las dos nociones de autonomía antes expuestas, por cuanto ocurren fuera del ámbito de la política institucional, de hecho, se enfrenta a las elites, a las autoridades y a sus antagonistas sociales (actúa sin intervención externa); y se dota de sentido a la acción individual y colectiva a través de la unión de sus propios esfuerzos (capacidad para desarrollar los medios que afirmen su existencia).
En este sentido, puede decirse que los movimientos sociales son autónomos en si mismos, y si la historia oficial es la historia del poder y de quienes ocupan su dominante estructura basada en el Estado, entonces dicha historia no dice nada acerca de los oprimidos, de los de abajo, ni mucho menos de aquellos que luchan por la autonomía libertaria que buscan prescindir del Estado, mejor aun, abolirlo.
Se dice que en Venezuela las expresiones de lucha por la autonomía libertaria son escasas, que nunca hubo organizaciones anarquistas, y es una afirmación que incluso hoy día continua vigente. Tal vez dichas expresiones no son tan numerosas y de gran dimensión como en otras latitudes, particularmente en América Latina, pero si existe la certeza de presencia anarquista en Venezuela, tanto en tiempo pasado como en tiempo presente.
Desde el punto de vista de los movimientos sociales, autónomos y espontáneos en si mismos, tal como ya hemos visto, en Venezuela se presenta actualmente una discrepancia. El Estado, principal fuente supresora de autonomía y principal fuente promotora de heteronomía, ahora dícese, en términos propios del derecho positivo, coercitivo, impuesto y autoritario, ser el órgano rector y garante de la autonomía y de los movimientos sociales.
He aquí lo que se propone desde este proyecto, localizar la presencia y existencia de movimientos sociales que luchan por la autonomía libertaria, que actúan desde abajo y al margen del Estado, darle voz a fin de visibilizar su historia reciente y evitar que su presencia y existencia continúe desconocida ante las futuras generaciones.
El proyecto se inicia con las entrevistas a Priscilla Marilla de 29 años de edad y Juan Patiño de la misma edad, ambos viven en la Parroquia Cartanal, Municipio Independencia del Estado Miranda, y pertenecen al Colectivo Zona de Libertad que es un grupo de afinidad de Anarquistas y Autónomos creado en el 2010 entre compañeros de Los Valles del Tuy y Caracas.