Zaratustra se marchó a la montaña; esperando gozar de su soledad se encontró con Caín, Prometeo y Sísifo; obviamente,no salió nada "bueno" para los "buenos": Bajó de la montaña
el Zaratustra anarquista y rebelde.

jueves, 9 de julio de 2015

La esencia de la Pedagogía

Las palabras constituyen un conjunto de sonidos con significados y representación grafica definida. El uso de ellas, para denotar e interpretar la realidad refleja una capacidad y una limitación, considerando la posibilidad de alcanzar parcial o totalmente la comprensión de dicha realidad. Pero, de dónde procede esta capacidad y esta limitación; de las palabras en tanto que es un instrumento, o del sujeto que las utiliza.
            Parece que las palabras son insuficientes para designar a aquello a lo que nos referimos, o bien, que siendo suficientes, esto es, que existiendo correspondencia entre la palabra que designa y la cosa designada, entonces se desconozca la esencia de aquello a lo cual nos referimos. En el primer caso se evidencia una capacidad inherente al sujeto y una limitación por parte de la palabra; en el segundo caso ocurre una inversión, se aprecia una limitación atribuida al sujeto y una capacidad propia de la palabra.
            Las ideas de sustantivo y adjetivo nos muestran tan solo una forma en que se manifiesta esta dificultad en la relación sujeto-palabra y capacidad-limitación. Definiendo “comunicación” de una manera sencilla, es la acción de comunicar, pero si la “comunicación” en si misma fuera comunicativa, tal vez no tendríamos que hablar de “comunicación efectiva”.
Este problema con frecuencia se presenta en aquellos términos con los que se pretende expresar todo y no dicen nada, tal es el caso de la palabra “democracia”, que hoy día por si sola no significa nada o quizá nunca ha significado nada, razón por la que siempre la hacemos acompañar de adjetivos como “representativa”, “participativa” o “protagónica”; a menos que se desconozca la esencia del sustantivo, que este sea vacío y carezca de significado, o simplemente denote una cualidad que no necesariamente esta presente en el sustantivo, habría que atiborrarlo de adjetivos.
En torno a la Pedagogía, es necesario el abordaje de aquellos aspectos propios de la práctica pedagógica y sus significados, a fin de dilucidar su esencia, significado y cualidad, y a su vez permita describir la crisis pedagógica existente. Como punto de partida podríamos definir “Pedagogía” como una reflexión filosófica, social, biológica y psicológica, acerca del hecho educativo; profundizar en ella es dar respuesta a las interrogantes acerca del como, porque y para que educar, por consiguiente, implica encontrarnos con su significado, esencia y cualidades.
Al emprender un recorrido por las propuestas pedagógicas de algunos autores como: Rousseau, Simón Rodríguez, Max Stirner, León Tolstoi, Iván Illich y Carl Rogers, o John Dewey, María Montessori, Francisco Ferrer Guardia, Alexander Neill y Paulo Freire, encontramos que tienen muchos aspectos en común, y cuyas diferencias quizá se deban a sus particulares ideologías sociopolíticas, pero que en esencia asumen una postura en contra de la pedagogía tradicional y sus rasgos característicos: formalismo, autoritarismo, memorización, automatismo y adquisición sistemática de conocimientos basados en la validación, certificación, reconocimiento, currículo, evaluación, competitividad, programas y horarios, que se llevan a cabo a través de un sistema y una estructura de dominación determinada por la obediencia, la disciplina, la sumisión, el deber, la obligación, la imposición, la arbitrariedad, el miedo y la docilidad, que promueve la tecnocracia y la burocracia, y favorece al pensamiento acrítico en perjuicio del desarrollo intelectual libre y creador.
Extrañamente, las ideas transformadoras de estos autores solo son utilizadas conocidas y reconocidas -previa acomodación, adaptación y acondicionamiento en los lineamientos del Estado, su sistema educativo y su pedagogía tradicional y autoritaria predominantemente conductista- con el fin de sostener, legitimar, perpetuar y conservar el estatus quo, a través de la creación de intelectuales a su servicio, puesto que la consigna desde la elite estatal ha de ser: “que todo cambie para que todo siga igual”.
Esto solo es posible a través de la anulación completa de la autonomía sociopolítica de una sociedad que es condescendiente ante una estructura de Estado, a la cual han delegado y cedido todas sus responsabilidades educativas, permitiendo la vigilancia y control tanto de nuestros propios aprendizajes como el de nuestros hijos.
Finalizado este rápido y efímero recorrido, retomemos aquellas interrogantes que nos permitirán profundizar acerca del significado, esencia y cualidades de la Pedagogía: Entonces ¿Cómo educar? ¿Por qué educar? ¿Para qué educar?
Las respuestas a dichas preguntas son diversas, razón por la cual marcan el origen de diferentes perspectivas pedagógicas, entre las que se encuentra la Pedagogía Libertaria propuesta desde la ideología anarquista, que converge con muchas de las ideas de los autores mencionados anteriormente y esta basada en una serie de planteamientos que son coherentes con su propuesta evolutiva de transformación social, política y económica de la sociedad, contraria al cambio brusco o revolucionario y contrapuesto al Estado, el capital y cualquier forma de autoridad, jerarquía y control social.
He allí la concordancia entre la propuesta sociopolítica del anarquismo (abolición del Estado y el capital para dar paso a una sociedad auto organizada horizontalmente sin autoridad, en la que prevalece la cooperación, el apoyo mutuo, la fraternidad, la solidaridad, la igualdad, autonomía y la libertad) y su propuesta de Pedagogía Libertaria (libertad plena, creatividad, abolición de exámenes, diplomas y menciones honorificas,  progreso natural de las capacidades, autonomía del estudiante en la selección de contenidos, desarrollo de la personalidad y su proceso educativo según sus experiencias, necesidades e intereses). 
La Pedagogía dice mucho acerca de la reflexión del hecho educativo y dirá nada si desconocemos la profundidad de esta reflexión a la que nos hace invitación la misma Pedagogía. Su esencia esta claramente definida y el que su significado tenga valor dependerá de la capacidad del sujeto para comprenderlo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario