Zaratustra se marchó a la montaña; esperando gozar de su soledad se encontró con Caín, Prometeo y Sísifo; obviamente,no salió nada "bueno" para los "buenos": Bajó de la montaña
el Zaratustra anarquista y rebelde.

lunes, 14 de septiembre de 2015

La voz de la lucha por la autonomía libertaria con el anarquista Juan Morral (Parte I)

Juan Morral nace en Caracas en el año 1985. Hijo de una madre soltera, le toco vivir una infancia llena de dificultades, caracterizada principalmente por un hogar itinerante que variaba de alquiler en alquiler y una madre trabajadora con salario insuficiente. A temprana edad ya comenzaba a percibir las diferenciaciones socioeconómicas y sus consecuencias.

“las cosas mas marcadas que quedaron en mi como por lo menos con las condiciones que viví cuando era niño ee me fui con mi mama soltera yo y una hermana  ee un poco deprimente  ee de alquileres en alquileres recuerdo mucho eso de como a pesar deee  ser un niño me enseño mucho muchas cosas de lo que tome ahora comoo ee actitudes de lo que este yo de hoy a tomado como la humanidad no, muchas cosas cuando fui niño bajo las condiciones de de lo que arrimada aquí allá te das cuenta de de lo bondadoso y  a veces  terrorífico que puede ser una persona eso eso dada las posiciones socioeconómicas eee una mujer soltera a veces tener que hacer media labor mal pagada que el sueldo no alcance empezar a darte cuenta de  en carne viva de las distinciones sociales eee  porque algunos tienen y tu no  específicamente”.

            Casi toda su vida ha transcurrido en la región de los Valles del Tuy, la cual siempre ha estado muy limitada de centros asistenciales de salud. Desde los cinco hasta los diez años de su niñez transcurrieron  en Anaco (Estado Anzoátegui) y actualmente vive en Cartanal, Municipio Independencia del Estado Miranda.

                        “nací en caracas por la región tuyera como tal donde e vivido casi toda mi vida no, más que todo estamos muy limitado por la cuestión de hospitales ese mal que venimos heredando desde hace mucho, donde primero aquí los servicio  son muy deficientes […] viví tan solo 5 años en oriente en anaco 5 años a 10 pues”.

            Es Técnico Medio en Informática e inicio estudios de Historia en la Escuela de Archivología de la Universidad Central de Venezuela; muy a pesar de su impresión positiva acerca del aspecto  cultural de la Universidad, abandona sus estudios al manifestar desacuerdo con un sistema universitario que condena, perpetua e impone un modelo de pensamiento que se muestra inclusivo en apariencia, desvinculante a la problemática y a la realidad de la sociedad, y evidencia una marcada diferencia social en las áreas de conocimiento, carreras o Escuelas de la Universidad.

                        “empecé a estudiar historia en la universidad yyyy porrr  eee  eee pequeñas, pequeñas no, pero no  me simpatizo la universidad pues, estuvo, no estoy de acuerdo con el sistema universitario, por eso la deje […] No estoy de acuerdo al sistema universitario porque eee condenan a perpetuar a  un sistema a un sistema de pensamiento  te imponen eee te imponen la inclusión social en en  la mente de la forma, aun aunque  esa no exista en la realidad porque puedes ser de un sector social popular […] no se discutía las cuestiones  de la delincuencia ,cuestión de la desigualdad social, no al menos como como algo como abordarlo que podemos hacer para cambiarlo o bueno me robaron y tal vaina , no era no era  cuestión de que podemos hacer, hasta basado en los mismo concepto que te impone la universidad como sector favorecido ,casual ,esta ves casualmente porque ósea sectores populares por la escuela que no es muy cotizadas por los sectores pudientes los sectores pudientes en las universidades buscan carreras como economía, medicina , farmacia yy arquitectura yy  y hay escuelas que éramos del popular chico por decir así , sin embargo desde ahí por realidades que  nos afectaban hasta que pasaba no se discutían empezaba a ver cuestiones ,el el cuándo me di cuenta de lo perverso que es todo empecé a ver cuestiones como que gente escondía su teléfono porque no eran del que estaba a la moda con el que con el que  estaba ahí.

            Esta desvinculación de los estudiantes y la Universidad, con la realidad y los problemas que afectan a la sociedad, no solo esta relacionada con el clasismo que se constata por carreras y áreas de conocimiento, sino también a la forma como es entendida la política y el activismo político, que ha quedado reducida al partidismo, la demagogia, el populismo, la ley del numero y la mayoría.

                        “Si totalmente de hecho aunque nos adelantamos ya, cuando existe el activismo político por supuesto y más en la UCV, pero el activismo político es en paréntesis porque está en  comillas porque está más el activismo partidista, eso es una cuestión, todo el mundo anda pero en su cuestión de partido, los estudiantes son  visto como , como una especie de, de podemos decir ganado de cuanto tiene más de que capacidad tiene más de mover cierta ,cierta  cantidad de gente de darle cierto poder a un partido o a determinado partido, ahí por lo menos en la universidad cuando contacto gano,  ee en una de tantas actividades yo no c si  bueno ,no estamos en un orden de poder convencional, si se quiere dar ,en  en una de las tantas actividades del pueblo cuando la  vaguada de caracas del 2010, estábamos reunidos con lo que era de izquierda revolucionaria entonces no , y la cuestión era que estábamos en cierta actividad autónoma y libertaria y anarquista en un refugio yy  sencillamente en esa cuestión n os reunimos que podemos hacer ,habían familia que lo habían perdido todo , que podemos hacer ,te genera una situación que te permite es como tu vas avanzando y ves esto aquí yo pase por aquí y ya me acuerdo  todo los días chocaba con esto y mas con un sociólogo que vea una acción humanitaria una acción humanitaria y no podía perder de vista pensar en su beneficio personal aun  en esa circunstancias que estaba viviendo esa persona eso lo eso termino de reforzar el carácter de la burguesía”.


domingo, 13 de septiembre de 2015

Sociología educativa de la impotencia y la servidumbre moderna (Parte I)

El desarrollo de la Sociología como ciencia pareciera estar condicionado por el contexto histórico que le dio origen: la revolución liberal francesa; la revolución industrial; el desarrollo de la estadística como técnicas de análisis y control social que surge con el advenimiento del Estado moderno y el capitalismo mercantil inicial del siglo XVI; y el desarrollo científico de las Ciencias naturales.
            En un periodo de grandes cambios ya comenzaba a vislumbrarse lo que a su vez se desarrollaría en la Sociología en cuanto a su objeto de estudio, garantizar o transformar, ese era el dilema que oscilaba entre el Positivismo y el Marxismo respectivamente, dos tendencias emparentadas con el socialismo, el cientificismo, el materialismo y el ateísmo. El devenir histórico de la Sociología ha mostrado a un Marxismo reformista que ha sabido acomodarse en los genuinos y conservadores fundamentos epistemológicos del Positivismo, tan vigentes hoy día que han corrido con la misma suerte cuanto enfoque ha salido de las mentes de “intelectuales universales” e “intelectuales específicos”.
            Esta tendencia de acomodación con la que se han amoldado las diferentes corrientes epistemológicas, la denomino proceso de positivización y es consecuencia directa del origen y la evolución histórica que comparten la Sociología y el Positivismo, observables en el triunfo y hegemonía de la burguesía en la Revolución Francesa y el papel del control social que cumplen ambas desde la legitimización que confiere el cientificismo, constituido como nuevo dogma religioso. De tal manera que cualquier intento de elaborar una concepción sociológica no es otra cosa que positivar un enfoque, puesto que la Sociología en si misma es la visión positivista de la sociedad.
            El Interaccionismo Simbólico (IS) no ha sido la excepción a ese proceso de positivización. Siendo un enfoque psicosocial surge haciéndole frente al Positivismo y por consiguiente a uno de sus productos: el conductismo. Desde el IS se elabora una propuesta de orientación micro-sociológica en la que se considera a la sociedad como un conjunto de interacciones: es decir, de relaciones intersubjetivas, en las que los individuos reaccionan recíprocamente y definen e interpretan esas situaciones desde su particular punto de vista.
Desde el punto de vista filosófico y pedagógico, el IS fue influenciado por el Pragmatismo de John Dewey, quien concibe la educación como factor trascendental para la transformación social democrática y establece una relación basada en el pragmatismo entre la "necesidad de filosofar" y la "necesidad de educar", sosteniendo que la importancia de un conocimiento depende directamente en su uso, aplicación y efectos prácticos sobre la realidad.
Su pensamiento pedagógico es plasmado principalmente en sus obras: “Democracia y Educación, una introducción a la Filosofía de la Educación” y “Mi credo pedagógico”. Dewey expresa que “el diálogo no agota la experiencia cuando esta se hace común, ni aquel cesa entonces, sino que la comunicación es dialéctica y reconstruye la experiencia, es decir, la inquieta, la motiva a renovarse. Por ello, el maestro debe obrar de tal manera que aumente el significado de la experiencia presente”; sus ideas acerca de la enseñanza y el aprendizaje fueron aplicadas en la “Escuela Laboratorio” que fundo en la Universidad de Chicago, evidenciando la notable influencia de sus ideas en el IS y su aplicación en el área de la Psicosociopedagogia, influyendo a su vez en la Pedagogía Liberadora de Paulo Freire, que se opone a la conveniente educación tradicional impulsada por la clase dominante y esta orientada a la formación de ciudadanos dóciles y obreros capacitados.
“El ser humano es ante todo un ser comunicativo, dialogante, un ser de relaciones intersubjetivas. En definitiva, para Freire la educación liberadora es necesariamente encuentro interpersonal, es decir, diálogo. De lo contrario, no será liberadora sino opresora”. Anastasio Ovejero.
Uno de los aspectos convergentes de la Pedagogía Liberadora de Freire con la Pedagogía Libertaria procedente del anarquismo lo constituye el IS. Dejando a un lado el positivismo sociológico, cuando de concepción de la sociedad se trata, prefiero hablar de filosofía social, y es el caso que una de las premisas características de la ideología anarquista, tomando en cuenta su postura antagónica frente al Estado, se refleja en aquella expresión “desde abajo y por fuera del Estado” como una forma de acción manifiesta de autonomía, orden espontaneo, federación e igualdad, lo cual es coherente con la propuesta de orientación micro-sociológica basada en la reciprocidad interactiva, apoyo mutuo e intersubjetividad del IS.
No obstante, a pesar de que el anarquismo propone una transformación social que parte del hecho o fenómeno educativo, que además el IS fue influenciado por el pragmatismo de Dewey y su idea de democracia radical y activa,  el IS es considerado por algunos como un pragmatismo acrítico en el terreno de los movimientos sociales con limitaciones para el estudio del conflicto social; esto se debe en buena medida a que Mead y Blumer no profundizaron en este aspecto y los posmodernistas le han encontrado un lugar en su vacío relato sin “¿relato?” con cuya impotencia han reforzado el control social y la condición de una servidumbre moderna.
Efectivamente, cuando una sociedad aun no termina de comprender en que forma se manifiesta y le afecta el espíritu e intelecto del episteme positivo, sus actitudes y consecuencias, surge el reforzamiento de un vacío, dícese que como rechazo a grandes cuentos de fantasías incumplidas e irrealizables, obteniéndose como resultado la era poscuentistica, el desarrollo del espíritu e intelecto del episteme posmoderno, análogo al espíritu positivo y complementario a el pues posee características propias y muy singulares: se basa en la fantasía de un cuento sin cuento, en la quietud, el nada que hacer, nada que pensar, la pasividad, la resignación, el confort y la acomodación de una nueva forma de positivismo sociológico, desde el que se festeja con mayor jovialidad el control social, la impotencia y la condición de servidumbre moderna.





Valores e ideología en la Educación (Parte I)

El término educación es amplio y abarca lo sistemático y asistemático, lo formal y lo informal. Esta vastedad que le caracteriza y sus implicaciones en el desarrollo intelectual, ético y social del individuo, da origen a la necesidad de reflexionar acerca del hecho educativo, esto es, Filosofía de la Educación. De las implicaciones antes mencionadas se generan preguntan cuyas respuestas se desarrollan a través de diferentes teorías sociopolíticas, conformándose a su vez diversas corrientes pedagógicas las cuales están provistas de un componente ideológico, tal como lo indica Meszaros: “La dimensión ideológica abarca tanto la formulación de los propios problemas como la elaboración de sus soluciones concretas”.
            La ideología son un conjunto de ideas que tienen en común determinadas personas, son sostenidas tanto individualmente como en grupo, se encuentran enmarcadas en un contexto sociopolítico específico y por consiguiente define un sistema de valores particular. En las diferentes perspectivas ideológicas, en este caso de la Pedagogía, algunos de estos valores pueden ser convergentes o divergentes,  pero el hecho es que dichos valores conforman el fundamento y eje central que caracterizan la identidad de un determinado enfoque; he allí su importancia y especial interés.
            De especial interés, ocupación, y preocupación si es necesario, puesto que aquí se da inicio a lo que se supone ha de ser la correspondencia entre la idea y la acción, la teoría y la praxis, lo que se dice y lo que se hace, ocurriendo de esta manera un distanciamiento entre la práctica educativa (Pedagogía) y los valores, que más allá de reflejar una crisis de valores, denota una crisis ideológica, tomando en cuenta que aquéllos se encuentran contenidos en éstas, y éstas a su vez se encuentran contenidos en el marco de una teoría sociopolítica específica.
            Fukuyama expone en su libro “El fin de la Historia y el último hombre”, su tesis acerca del fin de las ideologías y el desenlace histórico de un mundo final basado en la democracia liberal, gobierno representativo, derechos jurídicos, división de poderes y el capitalismo como expresión única de economía política, en fin, el Estado Social Democrático de Derecho. Esta tesis, aunque niega la voluntad transformadora del hombre y reduce dicha capacidad de transformación al belicismo, interpreta y describe a su vez la realidad sociopolítica dominante que condiciona a otras concepciones ideológicas, sus valores y por ende a las diferentes prácticas educativas.
            Las ideologías suponen una fuerza y un impulso vital puestas de manifiesto a través de formas de representación social caracterizadas por la convicción y el compromiso, pero parecieran estar en proceso de extinción. Si hay algo en común entre cristianos, socialistas, socialdemócratas, comunistas, anarquistas y pare usted de contar de cuanta etiqueta inerte y paralitica que existe, no son precisamente aquellos valores que pudieran serles son comunes, sino la falta de concordancia entre sus acciones y lo que según dicen constituyen sus convicciones, dícese valores, que incluso son desfigurados en sus contrarios.
            Por un lado Jesús tumba las mesas de comercio y expulsa los mercaderes del templo de Jerusalén, y por otro los cristianos en todas sus versiones hacen negocios y se enriquecen ilícitamente dentro y fuera de sus iglesias a expensas de su religión, convirtiéndose en los principales promotores de la desigualdad económica; por un lado los socialistas vociferan igualdad, y por otro erigen jerarquizaciones con élites privilegiadas situadas en la cúspide; por un lado los anarquistas exponen y proponen un orden sin autoridad, y por otro terminan consintiendo gobierno y a la estructura estatal.
            Es evidente que aquellos que dicen ser portadores de ideologías no necesariamente están conscientes de la carga que ello implica. Estos portadores conscientes son una minoría, lo mismo que los portadores de expresiones tiránicas, despóticas y autoritarias; se conforman dos tensiones minoritarias y entre ellas se encuentra la numerosa masa maleable o el siempre dependiente rebaño en espera de alguien a quien seguir, pues al carecer de voluntad propia nada hace por sí misma y es susceptible de adoptar dócilmente la forma del molde que convenga según la situación.
           

           

martes, 14 de julio de 2015

Preludio a la anarquía de Francisco Antonio Paul Terrero en Venezuela

Transcurre el año de 1810 y comienza a gestarse la Sociedad Patriótica. Su creación es atribuida a Francisco de Miranda, quien ya en 1798 había fundado la “La Gran Reunión Americana”, Logia de los caballeros Racionales o Logia Lautarina, como una organización ideológica y política basada en los principios del liberalismo y cuyo fin era llevar a cabo la revolución de la independencia de Hispanoamérica estableciendo un gobierno republicano.
            Luego de los acontecimientos del 19 de Abril, con la renuncia de Vicente Emparan, surge la Junta Suprema Conservadora de los Derechos de Fernando VII en las Provincias de Venezuela, con el fin de ejercer un gobierno autónomo desde la Capitanía General conformado por miembros de la oligarquía criolla, siendo una de sus primeras medidas, el envío de misiones diplomáticas a Londres, Estados Unidos y Curazao para solicitar apoyo a la revolución y reconocimiento de la Junta como regidora de Venezuela en ausencia del Rey.
              A Londres fueron enviados Simón Bolívar, Andrés Bello y Luis López Méndez, quienes para lograr el apoyo de Inglaterra establecieron contacto con Francisco de Miranda en virtud de su trascendente trayectoria. Este esfuerzo fue infructuoso, pero incide en el retorno de Miranda a Venezuela, ocurrido en La Guaira el 10 de Diciembre de 1810. De manera informal ya se iniciaban las actividades de la Sociedad Patriótica.
            Los principales objetivos de dicha sociedad era la declaración de la independencia de Venezuela y, consecuente con la ideología y los principios liberales, comunes a la Gran Reunión Americana, establecer un régimen republicano y democrático, que seria permanentemente defendido por Simón Bolívar a través de sus escritos y su oralidad. Esta acotación es necesaria para evidenciar el interés de la Historia Oficial, la del poder o los vencedores si se prefiere, aquella que realiza una cuidadosa selección de sucesos que pueden ser modificados convenientemente desde el mismo momento en que ocurren o incluso mucho tiempo después, exaltando a ciertos personajes, sus proyectos e ideas, hasta convertirlos en emblema, omitiendo, negando, ocultando y silenciando a otros, a los vencidos, los de abajo, los oprimidos, sus sentimientos, ideas y posturas.
            Francisco Antonio Paul Terrero es uno de un sinfín de silenciados de la Historia de Venezuela, la Historia Oficial de uno de los tantos Estados-Naciones y Republicas fundadas como consecuencia del auge de los principios de liberalismo político y económico puestos de manifiesto a través de la Revolución Estadounidense y la Revolución  Francesa.
“Coto Paul”, llamado así debido a que padecía de hipotiroidismo, enfermedad que produce un aumento de tamaño de la parte anterior e inferior del cuello, en un mundo ya plagado de las ideas liberales, hacia escuchar su voz en una de las sesiones de la Sociedad Patriótica, a través de lo que puede considerarse como un poema a la anarquía, confrontando con osadía y vehemencia, a los partidarios del centralismo y a los detractores del federalismo:
“¡La anarquía!: “¡La anarquía! Esa es la libertad cuando para huir de la tiranía desata el cinto y desanuda la cabellera ondosa. ¡La anarquía! Cuando los dioses de los débiles, la desconfianza y el pavor la maldicen, yo caigo de rodillas en su presencia. ¡Señores! ¡Que la anarquía, con la antorcha de las furias en la mano, nos guie al Congreso, para que su humo embriague a los facciosos del poder y la sigan por las calles y plazas gritando libertad!”.

             Hasta el colmo de repetidos y adoctrinadores salmos responsoriales bolivarianos se ha dado a conocer aquellos personajes que influyeron en el pensamiento liberal y republicano de Simón Bolívar, menciónese  Rousseau, Montesquieu, Bentham, Locke y Voltaire, pero que hay de aquellos quienes inspiraron estas poéticas palabras de apasionado levantamiento pronunciadas por Coto Paul en 1811, al referirse a la anarquía.
            Pierre Joseph Proudhon es el primero en definirse explícitamente como “anarquista” y el primero en utilizar la palabra “anarquismo”, pero esto ocurre en 1840, veintinueve años después de las palabras de Coto Paul, en ocasión de su libro “¿Qué es la propiedad? O una investigación acerca del principio del derecho y del gobierno”, al reflexionar acerca de las diferentes formas de gobierno: “¿Qué forma de gobierno es preferible? –¿Y aún lo preguntáis –contestará inmediatamente cualquiera de mis jóvenes lectores–, ¿no sois republicano? –Republicano soy, en efecto, pero esta palabra no precisa nada. Res publica es la cosa pública, y por esto quien ame la cosa pública, bajo cualquier forma de gobierno, puede llamarse republicano. Los reyes son también republicanos. –¿Sois entonces demócrata? –No. –¿Acaso sois monárquico? –No. –¿Constitucional? – Dios me libre. –¿Aristócrata? –Todo menos eso. –¿Queréis, pues, un gobierno mixto? –Menos todavía. –¿Qué sois entonces? –Soy anarquista.”
            Sin embargo, antes que Proudhon, otros pensadores exponían sus ideas afines a la anarquía y el anarquismo tal como es concebido hoy día, y posiblemente influyeron en Coto Paul, como es el caso de Étienne de La Boétie con su “Discurso sobre la servidumbre voluntaria o el Contra uno” publicado en 1548; y William Godwin con su obra publicada en 1793 (en plena Revolución Francesa) titulada "Disquisición sobre la justicia política y su influencia en la virtud y felicidad de la gente”. 
            Otros personajes que posiblemente hayan inspirado a Coto Paul, son Babeuf y Boissel con su “Catecismo del genero humano” (1789), y Marechal con su “Manifiesto de los iguales” (1796). Cabe destacar que Babeuf y Marechal organizaron un movimiento que denominaron “La conspiración de los iguales” (1796) con el fin de derrocar el Directorio del régimen thermidoriano de la Primera Republica Francesa, durante la Revolución Francesa, pero fracaso por causa de traición.
            En Godwin, Étienne de La Boétie, Babeuf, Marechal y Boissel, encontramos el preludio de la anarquía en Venezuela, eso es Francisco Antonio Paul Terreros, una expresión de poesía y acción de sublevación contra los facciosos del poder, el preludio de la anarquía en Venezuela.


jueves, 9 de julio de 2015

La esencia de la Pedagogía

Las palabras constituyen un conjunto de sonidos con significados y representación grafica definida. El uso de ellas, para denotar e interpretar la realidad refleja una capacidad y una limitación, considerando la posibilidad de alcanzar parcial o totalmente la comprensión de dicha realidad. Pero, de dónde procede esta capacidad y esta limitación; de las palabras en tanto que es un instrumento, o del sujeto que las utiliza.
            Parece que las palabras son insuficientes para designar a aquello a lo que nos referimos, o bien, que siendo suficientes, esto es, que existiendo correspondencia entre la palabra que designa y la cosa designada, entonces se desconozca la esencia de aquello a lo cual nos referimos. En el primer caso se evidencia una capacidad inherente al sujeto y una limitación por parte de la palabra; en el segundo caso ocurre una inversión, se aprecia una limitación atribuida al sujeto y una capacidad propia de la palabra.
            Las ideas de sustantivo y adjetivo nos muestran tan solo una forma en que se manifiesta esta dificultad en la relación sujeto-palabra y capacidad-limitación. Definiendo “comunicación” de una manera sencilla, es la acción de comunicar, pero si la “comunicación” en si misma fuera comunicativa, tal vez no tendríamos que hablar de “comunicación efectiva”.
Este problema con frecuencia se presenta en aquellos términos con los que se pretende expresar todo y no dicen nada, tal es el caso de la palabra “democracia”, que hoy día por si sola no significa nada o quizá nunca ha significado nada, razón por la que siempre la hacemos acompañar de adjetivos como “representativa”, “participativa” o “protagónica”; a menos que se desconozca la esencia del sustantivo, que este sea vacío y carezca de significado, o simplemente denote una cualidad que no necesariamente esta presente en el sustantivo, habría que atiborrarlo de adjetivos.
En torno a la Pedagogía, es necesario el abordaje de aquellos aspectos propios de la práctica pedagógica y sus significados, a fin de dilucidar su esencia, significado y cualidad, y a su vez permita describir la crisis pedagógica existente. Como punto de partida podríamos definir “Pedagogía” como una reflexión filosófica, social, biológica y psicológica, acerca del hecho educativo; profundizar en ella es dar respuesta a las interrogantes acerca del como, porque y para que educar, por consiguiente, implica encontrarnos con su significado, esencia y cualidades.
Al emprender un recorrido por las propuestas pedagógicas de algunos autores como: Rousseau, Simón Rodríguez, Max Stirner, León Tolstoi, Iván Illich y Carl Rogers, o John Dewey, María Montessori, Francisco Ferrer Guardia, Alexander Neill y Paulo Freire, encontramos que tienen muchos aspectos en común, y cuyas diferencias quizá se deban a sus particulares ideologías sociopolíticas, pero que en esencia asumen una postura en contra de la pedagogía tradicional y sus rasgos característicos: formalismo, autoritarismo, memorización, automatismo y adquisición sistemática de conocimientos basados en la validación, certificación, reconocimiento, currículo, evaluación, competitividad, programas y horarios, que se llevan a cabo a través de un sistema y una estructura de dominación determinada por la obediencia, la disciplina, la sumisión, el deber, la obligación, la imposición, la arbitrariedad, el miedo y la docilidad, que promueve la tecnocracia y la burocracia, y favorece al pensamiento acrítico en perjuicio del desarrollo intelectual libre y creador.
Extrañamente, las ideas transformadoras de estos autores solo son utilizadas conocidas y reconocidas -previa acomodación, adaptación y acondicionamiento en los lineamientos del Estado, su sistema educativo y su pedagogía tradicional y autoritaria predominantemente conductista- con el fin de sostener, legitimar, perpetuar y conservar el estatus quo, a través de la creación de intelectuales a su servicio, puesto que la consigna desde la elite estatal ha de ser: “que todo cambie para que todo siga igual”.
Esto solo es posible a través de la anulación completa de la autonomía sociopolítica de una sociedad que es condescendiente ante una estructura de Estado, a la cual han delegado y cedido todas sus responsabilidades educativas, permitiendo la vigilancia y control tanto de nuestros propios aprendizajes como el de nuestros hijos.
Finalizado este rápido y efímero recorrido, retomemos aquellas interrogantes que nos permitirán profundizar acerca del significado, esencia y cualidades de la Pedagogía: Entonces ¿Cómo educar? ¿Por qué educar? ¿Para qué educar?
Las respuestas a dichas preguntas son diversas, razón por la cual marcan el origen de diferentes perspectivas pedagógicas, entre las que se encuentra la Pedagogía Libertaria propuesta desde la ideología anarquista, que converge con muchas de las ideas de los autores mencionados anteriormente y esta basada en una serie de planteamientos que son coherentes con su propuesta evolutiva de transformación social, política y económica de la sociedad, contraria al cambio brusco o revolucionario y contrapuesto al Estado, el capital y cualquier forma de autoridad, jerarquía y control social.
He allí la concordancia entre la propuesta sociopolítica del anarquismo (abolición del Estado y el capital para dar paso a una sociedad auto organizada horizontalmente sin autoridad, en la que prevalece la cooperación, el apoyo mutuo, la fraternidad, la solidaridad, la igualdad, autonomía y la libertad) y su propuesta de Pedagogía Libertaria (libertad plena, creatividad, abolición de exámenes, diplomas y menciones honorificas,  progreso natural de las capacidades, autonomía del estudiante en la selección de contenidos, desarrollo de la personalidad y su proceso educativo según sus experiencias, necesidades e intereses). 
La Pedagogía dice mucho acerca de la reflexión del hecho educativo y dirá nada si desconocemos la profundidad de esta reflexión a la que nos hace invitación la misma Pedagogía. Su esencia esta claramente definida y el que su significado tenga valor dependerá de la capacidad del sujeto para comprenderlo.


viernes, 3 de julio de 2015

La voz de la lucha por la autonomía libertaria y los movimientos sociales

Cuando reflexionamos acerca de la Historia como Ciencia Social, desde una óptica crítica y filosófica, en cuanto a las formas en que los seres humanos crean y hacen historia, es un hecho incuestionable la coexistencia de diversas versiones de la historia entre las cuales una de ellas se impone ejerciendo hegemonía sobre las demás, en algunos casos como resultado de pugna por el poder y en otros casos como una relación de opresión de unos (opresores) sobre otros (oprimidos).
En ambos casos el resultado es el mismo: los vencedores, de quienes se dice hacen la historia y marca el destino inexorable de individualidades y comunidades; individuos y colectivos han sido absorbidos y oscurecidos, silenciados y borrados, despojados y arrebatados de su propia historia. En su historia yace la verdad acerca de su vivencia y su existencia pero han sido forzados a renunciar a ella y a aceptar un sinfín de mentiras que le son ajenas.
Esta historia de los vencedores, denominada mas formalmente como historia oficial, describe la historia de la clase política y el Estado, configurando el pasado a través de un minucioso proceso selectivo para su conveniente manipulación e interpretación, condicionando de esta manera el presente y el futuro. De tal manera que esta historia oficial persigue un doble propósito, por un lado, el recuerdo, la permanencia, la conservación, la perduración de las razones de su enaltecimiento, y por otro, el olvido de los movimientos sociales a través del silencio que se le impone.
El presente proyecto de Historia Oral trata acerca de “La voz de la lucha por la autonomía libertaria y los movimientos sociales”, con el fin de dar voz a aquellas personas y colectivos que a pesar de su lucha por la autonomía forjando su propia historia son silenciados y expoliados, tanto de su autonomía como de su historia.
La autonomía, mas allá de la designación tradicional relacionada con la capacidad de un ser para darse sus propias reglas y en apariencia actuar sin intervención externa, es un elemento esencial que distingue a los movimientos libertarios y antiautoritarios, y designa a las fuerzas que conforman a los seres en cuanto a sus aptitudes para desarrollar todo el conjunto de medios que requieran para afirmar su existencia, individual y colectiva, conformando de esta manera una fuerza vital mas poderosa.
En cuanto a los movimientos sociales se refiere, Marisa Revilla Blanco los define como “el proceso de (re)constitución de una identidad colectiva, fuera del ámbito de la política institucional, por el cual se dota de sentido a la acción individual y colectiva”; mientras que Sidney Tarrow asegura que “el poder de los movimientos se pone de manifiesto cuando los ciudadanos corrientes unen sus esfuerzos para enfrentarse a las elites, a las autoridades y a sus antagonistas sociales”. De cualquier modo, en ambas definiciones aplica las dos nociones de autonomía antes expuestas, por cuanto ocurren fuera del ámbito de la política institucional, de hecho, se enfrenta a las elites, a las autoridades y a sus antagonistas sociales (actúa sin intervención externa); y se dota de sentido a la acción individual y colectiva a través de la unión de sus propios esfuerzos (capacidad para desarrollar los medios que afirmen su existencia).
En este sentido, puede decirse que los movimientos sociales son autónomos en si mismos, y si la historia oficial es la historia del poder y de quienes ocupan su dominante estructura basada en el Estado, entonces dicha historia no dice nada acerca de los oprimidos, de los de abajo, ni mucho menos de aquellos que luchan por la autonomía libertaria que buscan prescindir del Estado, mejor aun, abolirlo.
Se dice que en Venezuela las expresiones de lucha por la autonomía libertaria son escasas, que nunca hubo organizaciones anarquistas, y es una afirmación que incluso hoy día continua vigente. Tal vez dichas expresiones no son tan numerosas y de gran dimensión como en otras latitudes, particularmente en América Latina, pero si existe la certeza de presencia anarquista en Venezuela, tanto en tiempo pasado como en tiempo presente.
Desde el punto de vista de los movimientos sociales, autónomos y espontáneos en si mismos, tal como ya hemos visto, en Venezuela se presenta actualmente una discrepancia. El Estado, principal fuente supresora de autonomía y principal fuente promotora de heteronomía, ahora dícese, en términos propios del derecho positivo, coercitivo, impuesto y autoritario, ser el órgano rector y garante de la autonomía y de los movimientos sociales.
He aquí lo que se propone desde este proyecto, localizar la presencia y existencia de movimientos sociales que luchan por la autonomía libertaria, que actúan desde abajo y al margen del Estado, darle voz a fin de visibilizar su historia reciente y evitar que su presencia y existencia continúe desconocida ante las futuras generaciones.
El proyecto se inicia con las entrevistas a Priscilla Marilla de 29 años de edad y Juan Patiño de la misma edad, ambos viven en la Parroquia Cartanal, Municipio Independencia del Estado Miranda, y pertenecen al Colectivo Zona de Libertad que es un grupo de afinidad de Anarquistas y Autónomos creado en el 2010 entre compañeros de Los Valles del Tuy y Caracas.


domingo, 21 de junio de 2015

Ética y Filosofía en la Educación

La educación es un concepto extenso que abarca lo intencional y lo no intencional, lo sistemático y lo asistemático, lo formal y lo informal, la programación, método o contenido y la ausencia de ellos, que además puede ser utilizada para la emancipación o la dominación; de allí la importancia de abordarla a través de la ética, a fin de identificar, reconocer y estudiar todos los aspectos que desde el punto de vista de la moral y el comportamiento humano, intervienen y pueden condicionar la educación, estableciendo una noción critica con relación a lo que se considere bueno o malo, su intencionalidad, sus medios y sus fines, si se trata de una educación para la emancipación o la dominación, o de una educación para el adoctrinamiento o el libre pensamiento.  
            Este es el problema filosófico-ético que se plantea en Educación y será pedagógico en la medida en que se formulen interrogantes acerca del como, porque y para que educar. Las respuestas a dichas preguntas son diversas y marcan el origen de diferentes perspectivas pedagógicas, entre las que se encuentra la Pedagogía Libertaria propuesta por el anarquismo, basada en una serie de planteamientos que son coherentes con su propuesta evolutiva de transformación social, política y económica de la sociedad, contraria al cambio brusco o revolucionario y contrapuesto al Estado, el capital y cualquier forma de autoridad, jerarquía y control social.


lunes, 1 de junio de 2015

Entre leyes, modelos y currículos

Desde la Pedagogía Libertaria partimos de la idea de que Educación es incentivar la autodidáctica, mostrando a las personas como aprenden por sí mismas, posibilitando la construcción para la vida propia. Mostrar, posibilitar e incentivar son los fines de la educación, que suponen la dualidad docente-discente y enseñanza-aprendizaje, entendiendo que son dos procesos de vida simultáneos y continuos.
            Concebir la educación de otra manera, no es otra cosa que adoctrinamiento, formación y moldeamiento; sienta sus bases en el cuerpo jurídico corporativo del derecho positivo y se impone a través de leyes, modelos y currículos, la coerción y lo antinatural. En su ficticia filantropía y generosidad ocultan su interés por justificar su función legislativa hacedora de leyes; de manera altruista obligan y decretan la libertad, la igualdad, la justicia, el amor de una madre a su hijo o la muerte por la patria.
            Efectivamente, resulta ser que quien restringe, limita y condiciona la libertad, la decreta; resulta ser que este cuerpo jurídico corporativo cree que puede amar a un niño más que su propia madre; decretan una ficticia igualdad desde arriba, una justicia convenientemente y continuamente manipulada, y siendo una minoría en el poder condenan a la muerte por la patria, lo que no es otra cosa que la defensa de sus intereses particulares.
            En educación, deciden qué, quién, cómo, cuándo, por qué y para qué se educa, cuando la educación, lo mismo que la libertad, la igualdad, la justicia y el amor de una madre, son sentimientos inspiradores, pero que a través de la ficción del derecho coercitivo y gracias a la credulidad de todos, han logrado convencer que aman a todo esto y muchas cosas más, incluso, mucho más que nosotros mismos, negando de esta manera nuestra capacidad intelectual y nuestra capacidad de amar, cuando en el menor descuido, su derecho, más torcido que aquellos que quienes pretende regir, es usado en su contra.
            La libertad es una condición necesaria para inspirar la creatividad, y una educación con fines de adoctrinamiento y regida por un torcido derecho positivo es contraria a la libertad.
            Nuestra prioridad esencial es comprender que el fin de una educación libre es la inspiración al conocimiento por sí mismo y al desarrollo de la autodidáctica en los jóvenes. Puesto que la educación es la vida misma, todo ser humano es necesariamente educador y educando, por lo tanto ha de participar activamente en la transformación social que anhelamos impetuosamente.
            Lo que resulte de este proceso de comprensión social e individual acerca de la educación libre, será el reflejo de lo que deseamos como escuela y lo que deseamos como sociedad, no es un modelo, sino un anhelo común.
            Ya he hablado acerca del brazo jurídico y legislativo del Estado y su permanente intención de desarrollar el modelo educativo (molde) más efectivo y eficaz para lograr la domesticación de los individuos. Ahora bien, siendo el Estado un ente adoctrinador por excelencia, le resulta deseable establecer un conjunto de conocimientos convenientemente agrupados (currículo) a fin de lograr la mayor eficacia y efectividad de adoctrinamiento posible.
            Todo lo anteriormente expuesto explica como opera la educación autoritaria a través de leyes, modelos y currículos, razones por las cuales la Pedagogía Libertaria, como propuesta educativa que procede del anarquismo, responde a una propuesta de sociedad basada en el orden sin autoridad (abolición del Estado y de toda forma de autoridad), el apoyo mutuo y la solidaridad.
            Entonces bien ¿Qué habrían de enseñar-aprender los docentes-discentes? Todo aquel conocimiento aplicable, útil y práctico para sí mismo y para la comunidad; todos aquellos conocimientos que permitan el máximo desarrollo integral de los individuos.  
           
           


sábado, 2 de mayo de 2015

La historia oral como enfoque histórico libertario (Parte I)

        Las nociones de espacio y tiempo no son exclusivas de las matemáticas, la física o de toda aquella ciencia que se ha dado por denominar ciencias naturales o ciencias exactas, sino que también son nociones presentes en las ciencias Sociales. No se trata de que las Ciencias Sociales adopte el método de las ciencias naturales, como se pretende desde el positivismo, se trata de que siendo las nociones de tiempo y espacio, ideas comunes presentes en todas las áreas de conocimiento, en las Ciencias sociales, dichas nociones poseen dimensiones propias.
            Un punto referencial al respecto, lo representa la idea del geógrafo anarquista Eliseo Reclus al expresar que “la geografía es la historia en el espacio, lo mismo que la historia es la geografía en el tiempo”. En Ciencias Sociales, las diferentes concepciones epistémicas, políticas e ideológicas que surgen en torno al tiempo y el espacio, son las que le dan un rasgo característico de multidimensionalidad.
            Aunado a esto, en lo que concierne particularmente a la historia, se ha puesto en entredicho las respuestas que como ciencia, intenta dar en relación a su objeto de estudio: el tiempo, que no es necesariamente y mucho menos exclusivamente el tiempo pasado. Por supuesto, los efectos de esta sospecha hacia la historia, alcanza al sujeto que se dedica a su estudio y el rol que desempeña en dicho quehacer. En concreto me refiero a tres asuntos, el primero de ellos a la fiabilidad de la historia; en segundo lugar, el reduccionismo de la historia como estudio del tiempo pasado; y en tercer lugar, el rol del historiador.

            Napoleón Bonaparte aseguró que “la historia es una serie de mentiras acordadas”; León Tolstoi expresó que “la historia se asemeja a un sordo que contesta preguntas que nadie hace”; por su parte Winston Churchill manifestó que “la historia la escriben los vencedores; por otro lado Sartre dijo que “incluso el pasado puede modificarse, los historiadores no paran de demostrarlo”; Camus afirmó que “uno no puede ponerse del lado de quienes hacen la historia, sino al servicio de quienes la padecen”; y Eduardo Mignona expone que “si la historia la escriben los que ganan, eso quiere decir que hay otra historia, la verdadera”; mientras que Castro espera ser absuelto ante el evidentemente poco confiable juez de la historia. Acaso podría saberse culpable y apelar en última instancia a un juez corrupto, extorsionable y manipulador.

viernes, 17 de abril de 2015

Incentivar la autodidáctica


            Cuando se trata de educación, a pesar de las discrepancias entre concepciones, corrientes o enfoques, y entre autores que aún perteneciendo a la misma corriente educativa establecen diferencias entre sí, todos confluyen en la aspiración de una educación por y para el libre pensamiento, el pensamiento crítico y la libertad.
            Pero, cuántas veces en la educación como en otros ámbitos de la sociedad, se ha levantado la bandera de la libertad para luego erigir, instaurar, implantar o imponer un nuevo dogma de dominación. He allí, que cuando hablamos de educación, evidenciamos una razón histórica que la vincula con el empleo de todos los medios necesarios para asegurar la formación, el moldeado, el modelamiento y la automatización, todos estos rasgos siempre presentes en cualquiera de las modalidades educativas tradicionales como la privada, la religiosa y muy particularmente aquella que procede del Estado, puesto que ha sido y continúa siendo la más extendida.  
            Entonces, en qué consiste el propósito y la tarea de la educación. Según Tiana, “la tarea de la educación no consiste, pues, en adoptar a los educandos a un molde establecido de antemano, sino en posibilitar la construcción de su propia vida”. Al contrastar esta idea con la práctica educativa tradicional (estatal, privada o religiosa) percibimos que todas ellas están basadas en diseño curricular (molde establecido de antemano), programas de estudio y contenidos programáticos; percibimos que existirían tantos diseños curriculares como docentes, y que de todos esos posibles diseños curriculares en mente de cada uno de los docentes, terminan imponiéndose los eruditos representantes de un paradigma dogmático, si es que el paradigma no fuera dogmático en sí mismo.
            Por otro lado, Noam Chomsky expresa: “el propósito de la educación es mostrar a la gente como aprenden por sí mismos. El otro concepto de la educación es adoctrinamiento”. Aquí apreciamos dos conceptos de educación y puesto que el aprendizaje por sí mismo se pierde de vista ante los caminos impuestos en el sistema educativo tradicional, resulta obvio que lo que hemos escuchado, vivenciado, experimentado y palpado cuando decimos educación,  no es otra cosa que adoctrinamiento.
            La educación es parte del quehacer, ocupación, preocupación e inquietud de aquéllos quienes están interesados profundamente en los procesos de enseñanza y aprendizaje. Si es posible concebir la educación de una manera distinta a la tradicional y autoritaria, entonces también es posible concebir de otro modo al docente.
En tal sentido, el ser docente consistirá en posibilitar la construcción de su propia vida, la de sus discentes y el entorno que les rodea, mostrando la posibilidad de aprender por sí mismos, incentivando la autodidáctica, provocando y favoreciendo la autonomía del pensamiento. El docente es un ser inspirador de conocimiento, creatividad y libertad; consciente de que la vida es una continua enseñanza y un continuo aprendizaje en la que todos interactuamos y participamos, reconoce la dualidad del rol (docencia-discencia) en su aproximación al conocimiento por y para la vida, la libertad y el apoyo mutuo.


miércoles, 21 de enero de 2015

Calidad y excelencia en la educación

En "El problema de la educación" describí brevemente cómo opera el Sistema Educativo vigente, caracterizado principalmente por  la pertinencia de currículo y los estándares de calidad; hemos señalado, que a menos que se desee consolidar dicho sistema, podríamos advertir que la problemática educativa regional y local, e incluso a nivel mundial, es el mismo sistema.
Si la calidad, según la Real Academia Española, es la “propiedad o conjunto de propiedades inherentes a algo, que permiten juzgar su valor” y la excelencia es “la calidad superior que hace digno de singular aprecio y estimación algo”: a qué propiedades se está sometiendo a juicio de valor cuando hablamos de “Calidad” y quiénes son considerados de calidad superior y dignos de aprecio cuando hablamos de “Excelencia”.
Bajo esta concepción el sujeto estudiante se pierde de vista, pasa a ser el producto resultante de un proceso llevado a cabo en un período de tiempo definido por currículo en una” carrera” de estudio, y será sometido a medición de juicio de valor según los criterios y objetivos establecidos en dicho currículo, que además arrojará como resultado a los adaptados de mayor estima para los domesticadores y adiestradores de la erudición.
Por lo tanto, la propiedad inherente a la que se refiere la “calidad y excelencia académica” sólo puede ser atribuida al sujeto abstracto del sistema educativo, y vendrá dada por la capacidad de  lograr que el estudiante sea moldeado según lo establecido en el currículo y existirá excelencia académica en la medida en que el estudiante, convenientemente bien adaptado, adquiera el perfil de egreso que la Universidad le ha impuesto según conveniencia. De esta manera se elabora minuciosamente cada tuerca, arandela, tornillo y demás partes y mecanismos del sistema como consecuencia directa de la división del trabajo y la especialización, una realidad oculta tras la idea de una educación al servicio de la sociedad, 

El problema de la educación

A nivel mundial, sin distinción de tendencia, concepción, enfoque o ideología educativa, pedagógica o política, la educación  no sólo se ha tornado como un derecho de todos, sino también como un factor imprescindible para el desarrollo social, tanto para quienes desean consolidar el sistema, como para aquellos que buscan transformarlo.
La práctica educativa tradicional escolástica, memorística, irreflexiva, academicista, carente de aplicabilidad y práctica, ha conducido a gran parte de la población a una incredulidad generalizada, acentuada en la Educación Secundaria, respecto a su eficacia; lo cual se ve reflejado en las tasas porcentuales de egresados que además, se encuentran con perspectivas inciertas ante un mundo laboral y productivo competitivo para el cual no todos pueden demostrar capacidades y actitudes esperadas.
A menos que se desee perpetuar y consolidar este sistema educativo tradicional,  es inútil describir su problemática si su solución se plantea desde sus propios  fundamentos, que precisamente son las causas por las cuales el problema de la educación es el mismo sistema: pertinencia de currículo, estándar de calidad, retraso en la culminación de los estudios, deserción escolar, entre otros.
El conocimiento vinculado al éxito como resultado del cumplimiento de un contenido curricular a través de su práctica evaluativa, es lo que conlleva al conocimiento memorístico y reproducción de contenidos disociado de la realidad y su aplicabilidad, así como también a la frustración que genera la no consecución del éxito que condena al estudiante a la condición de fracasado, al no reunir las exigencias mínimas del evaluador, dueño y poseedor del conocimiento.
No pudiendo aproximarse al conocimiento, esta condición de fracasado que otorga el sistema educativo a los estudiantes influye directamente en la agudización de los grandes problemas sociales dentro de los que está inmersa nuestra juventud tales como el incremento de maternidad temprana, pandillaje, alcoholismo, exclusión del mundo laboral competitivo como continuación de la intencionada exclusión del mundo estudiantil competitivo, con la simulada intención de reducir dicha exclusión.
Se alega que una de las causas de este fenómeno es la escasa pertinencia del diseño curricular, la permanente pretensión de los eruditos, de imponer, generalizar y simplificar todo un vasto conocimiento en toda una vasta diversidad de estudiantes bajo los mismo parámetros, condiciones y criterios; de tal manera que existirían tantos diseños curriculares como eruditos académicos, que en el mejor de los casos crearán procedimientos que ofrezcan la ilusión de un consenso y así imponer qué es pertinente y lo que no lo es.

Por otro lado, la realidad social del docente se encuentra sumida en una confrontación que deviene de las relaciones de autoridad, que pueden categorizarse por áreas de conocimiento, perfiles universitarios, titulación versus contrato, condiciones económicas, militarización y jerarquización de los docentes a través de ascensos y finalmente un desconocimiento acerca de las diferentes corrientes pedagógicas que reduce la práctica docente a una regencia que administra notas y evaluaciones, moldes curriculares y medición de calidad de adaptación al molde.

La Geografía Libertaria (Parte II)

Este es el punto de partida para la descripción, caracterización e interpretación de la realidad geográfica actual según el enfoque de la Geografía Libertaria. Puesto que la noción de realidad constituye uno de los problemas fundamentales de la Filosofía en general y muy específicamente de la Filosofía de la Ciencia o Epistemología, que además, en torno a la realidad se plantea el problema acerca de los modos de expresión, he considerado establecer un marco lingüístico que permita dilucidar el problema del lenguaje, en cuanto al uso, pertinencia y correspondencia con la realidad, del término “Geopolítica” expuesto desde los enfoques autoritarios tradicionales y el término “Geoestatismo” propuesto desde el enfoque de la Geografía Libertaria.
He dejado en evidencia una vez más, el incesante énfasis de la siempre necesaria reflexión epistemológica que se promueve a través de la Pedagogía Libertaria, exponiendo, proponiendo y presentando la concepción del espacio según la Geografía Libertaria, el conocimiento de la realidad geográfica, la comprensión de la dinámica espacial, los diversos factores que la condicionan y las posibilidades de transformación de dicha realidad.
Mucho se comenta acerca del carácter descriptivo de la Geografía como ciencia, aludiendo que dicho carácter descriptivo es superado por lo que considero es una especie de descripción diferente a la del mundo físico y natural, esto es, una especie de representación pictórica a través de palabras acerca del desarrollo científico-tecnológico, progreso, imperialismo, orden mundial, cambio climático y globalización, como condicionantes de la dinámica espacial o su aplicación en lo que algunos denominan la ciencia y el arte de la guerra.
Marx y Engels en su tesis XI sobre Feuerbach afirmaban: “Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo”. La descripción no dejará de ser mera descripción por el sólo hecho que se diga que ya no lo es; es necesario una idea y una acción concordante con dicha idea para transformar el mundo y la realidad.
Pero si el historiador es un cuentista de lo que otros hicieron en tiempo pasado o de los que otros hacen en tiempo presente desde la cumbre del poder, en fin, narrador de cuentos que ensalza y exalta a regentes en un matiz mesiánico de heroicidad, proezas y hazañas, convenientemente exageradas, manipuladas y distorsionadas, hasta el punto de considerarlos dotados de don y talento por una gracia divina; si el geógrafo es el pintor con palabras del espacio en el que se desarrolla el mismo cuento del historiador; si ambos (el historiador como estudioso de la historia y el geógrafo como estudioso de la geografía) lo mismo que todos y cada uno de los miembros de una comunidad, no son partícipes directos y transformadores activos de la realidad de su entorno, la historia y la geografía continuarán siendo la historia y la geografía del poder, la dominación y explotación del hombre por el hombre y la explotación de la naturaleza por el hombre.
Un poco más de la mitad de la población mundial pertenecen al grupo de las religiones abrahámicas (judaísmo, cristianismo e islam) y coinciden en la figura de Abraham como el primer patriarca hebreo, que sienta las bases de toda una tradición espiritual que aún prevalece como el séquito de fieles religiosos de mayor número en el mundo; el denominado “salvado de las aguas” también constituye un personaje importante para las susodichas religiones, aquel legislador que presenció la promulgación del decálogo de ordenanzas del todopoderoso en el monte Sinaí.
Sean principios de moralidad u ordenanzas de legalidad, en una fe que al ser tan extendida en la tierra como ninguna otra y pareciera denotar una gran convicción entre sus fieles, si tomamos como muestra el precepto de “no matar” contenido en este decálogo, qué moralidad o legalidad puede encontrarse por encima de aquella que procede de dicha fe, e imponerse hasta lograr vencer la fuerza de sus convicciones a tal punto de justificar el asesinato, la guerra, las armas, y pertenecer, licenciar, bendecir y conceder méritos a quienes la portan y usan, es decir, justificar el militarismo.
Planteo las siguientes interrogantes a los descriptores: ¿Qué es la descripción? ¿Quiénes describen? ¿Existen diferentes especies de descripción o acaso una especie de transformación en el ámbito descriptivo? ¿Por qué subestimar la descripción del espacio físico natural con lo que supondría un distanciamiento del hombre con la naturaleza y de sí mismo? ¿Por qué otorgar relevancia a la descripción del progreso, la superficialidad, lo artificial, el desarrollo tecnológico, las armas y la guerra, donde yace la más grave contemplación? ¿Es posible una transformación en los judíos, cristianos, musulmanes y la otra mitad minoritaria de la humanidad, a sabiendas de que todos tienen la convicción de “no matar” y han adquirido la conciencia de que todos han de ser partícipes directos y transformadores activos de la realidad de su entorno, sin ningún tipo de representación o delegación?
Por supuesto, es necesario aclarar que cuando digo “no matar” no solo me refiero al hecho concreto de asesinar o quitar una vida humana, sino al sentido más amplio sugerido por Pierre Joseph Proudhon en su texto “Qué es la propiedad” cuando al hacerse la pregunta ¿qué es la esclavitud? Responde: “es el asesinato […]No necesitaría de grandes razonamientos para demostrar que el derecho de quitar al hombre el pensamiento, la voluntad, la personalidad, es un derecho de vida y muerte, y que hacer esclavo a un hombre es asesinarlo”.
De tal manera que el trasfondo del “no matar”, como una de las diez reglas que el omnipotente entregó a Moisés, no es tan simple como lo refleja la práctica de sus numerosos seguidores. Llegado a este punto, vuelvo a preguntar, y en esta ocasión con mayor énfasis y formalidad: ¿Qué moralidad o legalidad puede encontrarse por encima de aquella que procede de la fe en la que un poco más de la mitad de la población mundial coinciden en seguir, e imponerse hasta lograr vencer la fuerza de sus convicciones a tal punto de justificar el asesinato, la guerra, las armas, y pertenecer, licenciar, bendecir y conceder méritos a quienes la portan y usan, es decir, justificar el militarismo?
Aquí os presento al Estado-Nación, “el más frío de todos los monstruos fríos” que “con dientes robados muerde”. No he sido yo el primero ni el último en vencer a dios; tampoco he sido el primero ni el último en prevenir acerca del advenimiento “del nuevo ídolo”. He aquí la moralidad y la legalidad que se impone y prevalece sobre la fe de las tres hijas del primer patriarca hebreo, quedando relegadas al rol de brazo religioso del monstruo que se ha erigido como el nuevo ídolo; su señal indica “voluntad de muerte” y los “predicadores de muerte” son cómplices de la esclavitud y el asesinato, “atrae a los demasiados”, “los devora y los masca y los rumia”.
En lo sucesivo habrá que llamar las cosas según lo que son, ya no denominaremos más Geopolítica a lo que no es Geopolítica, la denominaremos Geoestatismo, que no es más que la primera consecuencia de una dinámica espacial basada en la fe del nuevo ídolo, en el que se sientan las bases de todo un conglomerado teórico que justifica y lleva a cabo la dominación, explotación y manipulación mundial. El geoestatismo es posible debido a que los pueblos consintieron que el credo estatista prevaleciera, convirtiéndose de esta manera en un “cementerio al que van a enterrarse todas las manifestaciones de la vida individual”.
El credo estatista se ha universalizado y está presente en cada rincón del planeta; si hay algo que place y complace a todos y cada uno de los representantes o delegados de estos cercos estatistas-nacionalistas (sean simpatizantes unos o antagonistas otros), es la comunión de esta fe y su lenguaje. Los pueblos han sido encerrados en este cerco como si se tratara de un corral de ovejas hacia el matadero, obligado a obedecer bajo el amedrentamiento y la intimidación de los brazos adoctrinador, religioso y armado del nuevo ídolo.

Sobre la base del credo del “perro hipócrita” se erigen imperios, que consiste en la superioridad, control y dominación de unos estados-naciones sobre otros. En este sentido, podemos considerar la existencia de estados-naciones poderosos y dominantes que generan polos de atracción en torno a los cuales se alinean y fijan posición los estados-naciones pequeños y dominados. El geoestatismo denomina orden mundial a esta forma como se configuran las jaurías de perros hipócritas, los polos de atracción y sus correspondientes alineaciones.