En
este escrito describo un modo de como se enlazan las ideas de reflexión, razón,
verdad, conocimiento y libertad, partiendo de la experiencia “del cuidado de sí
mismo” y el “conócete a ti mismo” como prácticas y principios de moral.
El
principio del “cuidado de sí mismo” como parte del desarrollo de la hermenéutica
del yo, se ubica en los contextos históricos de la filosofía grecorromana de la
antigüedad y la espiritualidad del cristianismo primitivo, y ha estado
vinculado con la máxima del “conócete a ti mismo”. La articulación de los
conceptos de reflexión, razón, verdad, conocimiento y libertad, con la
experiencia del “cuidado de sí mismo”, en principio se manifiesta a través de
la búsqueda del conocimiento acerca de sí mismo, un conocimiento acerca de sí
mismo que resulta de la cotidianidad, de la vivencia del día a día, que
contribuye no sólo a la protección de sí mismo, sino también de cada uno de los
miembros de un colectivo en apoyo mutuo. Un conocimiento de sí mismo que
implica el conocimiento del alma, no como sustancia o teología del alma, tal
como lo aclara Focault en su texto “Tecnologías del yo”, sino en cuanto a una
actividad orientada al cuidado de sí mismo.
Esa
búsqueda incesante por el “conocimiento de sí mismo” en procura del “cuidado de
sí mismo”, es acompañada por otra búsqueda, la búsqueda de la verdad, es decir,
que de por sí, ese conocimiento de sí mismo no es suficiente, sino que ha de
ser un conocimiento verdadero. Para lograr ese conocimiento verdadero de sí
mismo, se propone escuchar la “verdad” de otra perspectiva y escuchar la verdad
de su propio yo, de tal manera de encontrar la verdad acerca de sí mismo.
Este
proceso de dialogar, escuchar y mirar hacia el propio yo, por un lado supone una
reflexión, en este caso, una reflexión acerca del conocimiento verdadero del
alma de sí mismo. Una reflexión que concilie, a través de ese diálogo, la
oración de otros u oración colectiva y la oración individual de sí mismo, que
permitan descubrir la verdad en el alma y las reglas que sirvan de base para la
conducta y la acción política, como forma de relacionar el cuidado de sí mismo
con el cuidado de los demás.
Por
otro lado, supone la razón, en tanto que aplica el arte de escuchar (aprender a
escuchar) como elemento fundamental para determinar lo que es verdadero y lo
que es falso, es decir, un proceso de razonamiento reflexivo acerca de del
conocimiento verdadero de sí mismo, todo este proceso con miras a un único objeto,
el fin finalmente último: la creación de la libertad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario