Zaratustra se marchó a la montaña; esperando gozar de su soledad se encontró con Caín, Prometeo y Sísifo; obviamente,no salió nada "bueno" para los "buenos": Bajó de la montaña
el Zaratustra anarquista y rebelde.

miércoles, 21 de enero de 2015

El problema de la educación

A nivel mundial, sin distinción de tendencia, concepción, enfoque o ideología educativa, pedagógica o política, la educación  no sólo se ha tornado como un derecho de todos, sino también como un factor imprescindible para el desarrollo social, tanto para quienes desean consolidar el sistema, como para aquellos que buscan transformarlo.
La práctica educativa tradicional escolástica, memorística, irreflexiva, academicista, carente de aplicabilidad y práctica, ha conducido a gran parte de la población a una incredulidad generalizada, acentuada en la Educación Secundaria, respecto a su eficacia; lo cual se ve reflejado en las tasas porcentuales de egresados que además, se encuentran con perspectivas inciertas ante un mundo laboral y productivo competitivo para el cual no todos pueden demostrar capacidades y actitudes esperadas.
A menos que se desee perpetuar y consolidar este sistema educativo tradicional,  es inútil describir su problemática si su solución se plantea desde sus propios  fundamentos, que precisamente son las causas por las cuales el problema de la educación es el mismo sistema: pertinencia de currículo, estándar de calidad, retraso en la culminación de los estudios, deserción escolar, entre otros.
El conocimiento vinculado al éxito como resultado del cumplimiento de un contenido curricular a través de su práctica evaluativa, es lo que conlleva al conocimiento memorístico y reproducción de contenidos disociado de la realidad y su aplicabilidad, así como también a la frustración que genera la no consecución del éxito que condena al estudiante a la condición de fracasado, al no reunir las exigencias mínimas del evaluador, dueño y poseedor del conocimiento.
No pudiendo aproximarse al conocimiento, esta condición de fracasado que otorga el sistema educativo a los estudiantes influye directamente en la agudización de los grandes problemas sociales dentro de los que está inmersa nuestra juventud tales como el incremento de maternidad temprana, pandillaje, alcoholismo, exclusión del mundo laboral competitivo como continuación de la intencionada exclusión del mundo estudiantil competitivo, con la simulada intención de reducir dicha exclusión.
Se alega que una de las causas de este fenómeno es la escasa pertinencia del diseño curricular, la permanente pretensión de los eruditos, de imponer, generalizar y simplificar todo un vasto conocimiento en toda una vasta diversidad de estudiantes bajo los mismo parámetros, condiciones y criterios; de tal manera que existirían tantos diseños curriculares como eruditos académicos, que en el mejor de los casos crearán procedimientos que ofrezcan la ilusión de un consenso y así imponer qué es pertinente y lo que no lo es.

Por otro lado, la realidad social del docente se encuentra sumida en una confrontación que deviene de las relaciones de autoridad, que pueden categorizarse por áreas de conocimiento, perfiles universitarios, titulación versus contrato, condiciones económicas, militarización y jerarquización de los docentes a través de ascensos y finalmente un desconocimiento acerca de las diferentes corrientes pedagógicas que reduce la práctica docente a una regencia que administra notas y evaluaciones, moldes curriculares y medición de calidad de adaptación al molde.

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