En
las primeras semanas del mes de Febrero del año 2012, siendo Mayor de la
Aviación Militar Bolivariana, fui designado como comandante de un curso de asimilación
militar que se dictaría a un grupo de profesionales de diferentes áreas. Para
nadie es un secreto las dificultades por las que atraviesan gran parte de los
profesionales en este país para conseguir empleo y que estos procesos de
asimilación son vistos como una oportunidad para alcanzar estatus, beneficios,
privilegios y aspirar a ser incluidos en un sistema de seguridad y bienestar
social. He aquí que estas aspiraciones no sólo contribuyen a la profundización
de un militarismo que en sí mismo es contario a las ideas de igualdad y
libertad del socialismo, o al menos las del anarquismo, sino que limita y merma
la capacidad de desarrollo intelectual y profesional de los egresados de las
diferentes Universidades en las diferentes áreas de conocimiento.
Por supuesto, quienes me nombraron
para este cargo sabían perfectamente que no estaban designando a ninguno de sus
autoritarios próceres independistas, y mucho menos a un Bolívar, considerando
además que desde el año 2009 había decidido difundir frontalmente las ideas
anarquistas dentro del medio militarista. Los militaristas Generales, sus
militaristas seguidores y los no seguidores aún cuando tengan que cumplir sus
órdenes, saben perfectamente cuales son los criterios bajo los cuales hacen las
designaciones, desde una simple comisión indeseable que les hace rehuir, hasta
una deseable y muy apetecible comisión de estudio internacional.
Al hacer mención del autoritario de
Bolívar no pude evitar recordar su frase que dice: “Llamarse jefe para no serlo
es el colmo de la miseria” y es que un autoritario no puede sino pensar de esta
forma para justificar su imposición sobre otros. Los militaristas cuando
perciben o intuyen que otro militarista no aplica este precepto le denominan a
esto “falto de carácter para comandar” y esta es la educación autoritaria que
ha prevalecido en nuestra deprimente sociedad. Es necesario transformar la
sociedad autoritaria a una sociedad libertaria a través de la educación
libertaria y enseñar que “Quienquiera que ponga su mano sobre mí para
gobernarme es un usurpador y un tirano y le declaro mi enemigo”, Pierre Joseph
Proudhon, tan simple como eso, un libertario no desea gobernar ni ser
gobernado.
El mismo día de ingreso, para
recibir a los aspirantes a oficiales asimilados, se haría un acto castrense al
cual fui designado para la simpática ocasión de dar un discurso; simpática por
el hecho de considerarla una gran
oportunidad para la difusión del ideal anarquista. El resultado de ese
discurso, luego de tres adaptaciones que me obligaron hacer, es el que a
continuación les presento y dejaré para la siguiente parte del artículo los
detalles de dichos cambios:
“Libertad
sin socialismo es privilegio e injusticia, socialismo sin libertad es
esclavitud y brutalidad” Mijaíl Bakunin, filosofo socialista (anarquista) ruso
(1814-1876) frase extraída de su obra “Declaración del socialismo” (“Dios y el
Estado”).
En
un siglo XIX, en el que el mundo se encontraba influenciado por las ideas
liberales de la Revolución Francesa, en la que se reforzaron los valores de la
igualdad, libertad y justicia, y comenzaron a construirse los Estados-Naciones
y las Repúblicas, sólo un hombre supo diferenciar su sueño e ideal de aquellos
proyectos republicanos-liberales; me refiero a Simón Bolívar, El Libertador.
Por supuesto, esto no fue casual ni accidental, gracias a los aportes de su
mentor, el pedagogo Simón Rodríguez, quien a su vez fue influido por las ideas
de Fourier y otros socialistas utópicos. Hoy día y desde el mismo día de su
muerte, los esfuerzos de nuestro Libertador por lograr la libertad han resultado
insuficiente. Su anhelo de libertad es una obra inconclusa que ha de continuarse
y ampliarse, pues la libertad dada no es libertad, y la emancipación requiere
de una conciencia de lucha adquirida y una acción de lucha emprendida por cada
individuo y cada colectivo; individuo y colectivo deben estar en posibilidad de
decidir libremente como va accionar en pos de la revolución anticapitalista que
nos hemos propuesto realizar y es liderada por nuestro Comandante Presidente,
he aquí su contribución.
Este
proyecto de revolución anticapitalista necesariamente tiene que ser libre, igualitario
y justo, para ello, han de ser los propios explotados y oprimidos, quienes a
partir de sus organizaciones de base, construyan y autogestionen el poder
popular, que haga posible la anulación y abolición, completa y absoluta del
capital, y por consiguiente, del dominio de una clase social sobre el pueblo
trabajador. Para ello es preciso no incurrir en soluciones reformistas o
revisionistas que minimicen las penurias que ocasiona el neoliberalismo;
preciso es mantener nuestro carácter revolucionario, teniendo siempre presente
que no se trata de suavizar con capital los estragos del capital, sino, como ya
he dicho, aboliendo el capital. El reto es titánico como titánico es nuestro
espíritu de lucha; una lucha cuyo primordial instrumento es la educación, a fin
de vencer la ignorancia y el desconocimiento en la que se encuentra sumida la
clase trabajadora explotada, normalmente pobre, que sólo cuenta con su fuerza
de trabajo y es forzada a venderla al más bajo costo a los burgueses.
Efectivamente, la educación, sino el único, es el principal bastión, puesto que
por ese mismo desconocimiento, los ricos no sólo han causado la miseria de los
pobres, sino que también los mismos pobres, en correspondencia, han creado la
riqueza de los ricos, constituyéndose así, como principal obstáculo para lograr
la igualdad, no precisamente el orgullo de los aristócratas, sino el egoísmo
indisciplinado de los pobres.
De
esto se trata, de estar dispuesto a dar todo por Venezuela y ese ha de ser el
sello más distintivo de cada uno de ustedes quienes hoy se encuentran cruzando
el umbral del primer Instituto de formación castrense de nuestra Aviación
Militar Bolivariana, dejando atrás el hogar, los amigos y los recuerdos; mientras
se entremezclan alegrías y tristezas, a su vez se proyectan sueños y esperanzas
que se cumplirán con el paso del tiempo. Aman a su patria tan profundamente,
que se harán oficiales para luchar por las adversidades internas y externas que
atraviesa el país. Tengan siempre presente que si se puede cuando se está
decidido, cuando comprometes tu voluntad para lograr lo que deseas alcanzar;
que si se puede cuando ante cada obstáculo muestras temple y con mayor decisión
los empiezas a enfrentar.
Aquí
en las aulas de esta casa de estudios, encontrarán un grupo de amigos, un
experimentado equipo castrense, líderes sensatos y juiciosos, dispuestos
totalmente a generarles propósitos, direccionarlos, motivarlos, y a brindarles
el apoyo que requieran en todo momento, con el fin de suministrarles todas las
herramientas necesarias para asumir con devoción los deberes y
responsabilidades que son impuestas y deducidas a los soldados de la patria.
Encontrarán
entonces un entorno matizado por la guía permanente de un inmejorable cuerpo de
oficiales; el compromiso irrestricto de docentes e instructores militares y
civiles, cuya experiencia está probada, y su entrega total a la causa que
defendemos, es el mejor pergamino, aunada a una formación integral que la hora
actual demanda del futuro Oficial de la Aviación. Sean ustedes bienvenidos y
les deseo todo lo mejor en este camino que comenzarán a transitar a partir del
día de hoy, salud, libertad, igualdad, justicia, paz, independencia,
estabilidad, progreso y grandeza. Finalmente, elevemos una plegaria a Dios para
que les llene de fortaleza y les conduzca a una feliz y exitosa culminación de
este proceso de asimilación, así como también, orar por la pronta, completa y
plena recuperación de la salud del Comandante Presidente.
Independencia
y patria socialista. Muchas gracias.
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