Zaratustra se marchó a la montaña; esperando gozar de su soledad se encontró con Caín, Prometeo y Sísifo; obviamente,no salió nada "bueno" para los "buenos": Bajó de la montaña
el Zaratustra anarquista y rebelde.

viernes, 27 de junio de 2014

Comentarios al foro: "Problemática contemporánea de la Universidad venezolana" (Parte I)

            Si abstraemos, el tema tratado en este Panel-Foro, titulado como “Problemática contemporánea de la Universidad venezolana”, de su contextualización tiempo-espacio, es decir, de la contemporaneidad venezolana, obviamente, dando por sentado la vinculación de la universidad con el conocimiento y la educación, no hay duda que realizar un análisis de una problemática de este tipo, independientemente del punto geográfico que los internacionalistas definen como estados-naciones, y cualquiera que sea el momento histórico, requiere necesariamente, entre otras cosas, que tomemos en consideración la relación entre política y educación.
            Digo entre otras cosas, puesto que convendría, necesariamente como dije, considerar otros aspectos no menos importantes, que ameritan una revisión de la historia e historiografía no sólo de la universidad, sino también de la ciencia, el conocimiento, la educación, la pedagogía, la didáctica, la enseñanza y la tecnología, considerando sus orígenes, etimologías, y todo aquello que en esencia las definen.
No es que se hayan desestimado estos descriptores o factores que son ineludibles a la hora de conceptualizar una problemática de naturaleza educativa; simplemente, que si deseamos desarrollar el pensamiento acrítico y la tan anhelada actitud cuestionadora, habrá que realizar un estudio pormenorizado y detallado, de todos los aspectos antes mencionados, para rechazar y desechar todo aquello que sea contrario a la libertad, la autonomía  y al desarrollo del pensamiento acrítico del que hablamos, superando como ya se ha dicho, el desinterés, la indiferencia, el desgano, la apatía, la autoexclusión, la privación, la inhibición, el hastío y la rendición, esto es, la nada creadora, el trastocamiento de los valores en términos de Nietzsche, o como diría Bakunin: “La pasión por la destrucción es también la pasión creativa”.
            Así es, la continua creación es expresión de libertad, y es enemiga de quienes prefieren cobijarse en la sombra de la seguridad, lo petrificado, lo estatuido, lo institucionalizado, la quietud, la pasividad, lo inerte, lo inactivo, lo desidioso, lo indolente, que no son más que la penumbra y la tiniebla que sostienen al opresor.  En este sentido, me refiero muy particularmente a la máxima expresión de tiranía moderna, el Estado, ese “nuevo ídolo” del que relata Nietzsche en uno de sus pasajes en “Así hablaba Zaratustra”, esa “máquina formidable” que nos describe Ortega y Gasset en “La rebelión de las masas”, o como lo expresa Bakunin: “Donde comienza el Estado termina la libertad del individuo, y viceversa”.
            Ahora bien, desde el punto de vista de las universidades, cómo es posible hablar de la autonomía de una Universidad que depende absolutamente de la potestad, tutela, auxilio, sostén y protección del Estado, en la que el mismo individuo, sea discente o docente, carece de autonomía, está supeditado y absorbido por el brazo adoctrinador de las iluminadas autoridades académicas, sean estas, “amigas” o “enemigas” del Estado, o en todo caso, de la minoría que se ha hecho o desea hacerse de la portentosa maquinaria estatal.
            Aunado a esto, me preocupa que cuando hablamos de esta "autonomía universitaria", la vinculamos con la idea unidimensional y desgastada de izquierda y derecha política, esa misma a la que el Prof. Agustín Martínez hace referencia como dicotomía ideológica, que no son más que meras posturas en pugna por el poder, que con más de doscientos años de experiencias históricas que así lo evidencian, desde tiempos de la revolución francesa, período en el que surgió esta idea unidimensional del pensamiento político, hasta nuestros días, ya han debido ser superadas. Por si fuera poco, los constitucionalistas leguleyos, fútiles creadores de leyes, favorecen el principio de divinidad del Estado, como ente y fuente que concede y quita patentes de libertad y autonomía, según sea conveniente.
            Reitero que es necesaria una revisión de la historia e historiografía, no sólo de la universidad, sino también de la ciencia, el conocimiento, la educación, la pedagogía, la didáctica, la enseñanza y la tecnología, considerando sus orígenes, etimologías, y todo aquello que en esencia las definen, tomando en cuenta que hasta los autoritarios también hablan de libertad: “Todo ser humano es libre si su libertad no atenta a la de los demás", Napoleón Bonaparte. Crear y recrear; destruir si es necesario, para propiciar las condiciones de creación, a través de la apostasía, el aprender a desaprender y la transmutación de los valores, teniendo siempre presente que: “Quien con monstruos lucha cuide de convertirse a su vez en monstruo. Cuando miras largo tiempo a un abismo, el abismo también mira dentro de ti”, Nietzsche.
            En la portada del texto “Política y Educación. O de la Política en la Educación”, aparece la secuencia cronológica de un niño que  a los seis años recibe la instrucción de “¡Hazlo así!”, a los ocho años se le dice “¡Se hace así!”, a los diez “¡Siempre debes hacerlo así!”, y a los once “¡Elige tú!”. Ante esta posibilidad de elegir, el niño en la siguiente secuencia se muestra confundido y desconcertado.
Asumiendo, que esta posibilidad de elegir en el niño tenga que ver con el desarrollo de su pensamiento acrítico, su libertad y su autonomía, podría incluirse en esta sucesión gráfica las instrucciones detalladas de las condiciones que tiene que obedecer y reverenciar, según convenga, puesto que serás libre de acatar las restricciones, que terminan limitando el alcance del pensamiento ante las imposiciones de una autoridad académica, quien a fin de cuentas determina y decide que es posible y lo que no. ¿Hasta que punto estamos dispuestos a contribuir con el desarrollo del libre pensamiento?


No hay comentarios:

Publicar un comentario