Aún cuando asociamos la noción de
Escuela y Universidad con las ideas de aprendizaje, comprensión, análisis,
interpretación y demás actividades que contribuyen al desarrollo cognitivo del
hombre, aproximándonos a las más diversas corrientes de pensamiento, teorías,
ideologías y cosmovisiones metodológicas de las diferentes áreas de
conocimiento, podemos constatar que específicamente en el área de la teoría
política sólo ofrecen una perspectiva reduccionista hacia el estatismo.
No
es casual que los recintos académicos vinculen el estudio de las Ciencias
Políticas con el de las Ciencias Jurídicas, y que su estudio central gire en
torno a la teoría de Estado. Sin embargo, mi especial interés es la educación y
la pedagogía, los educadores y los pedagogos, es decir, la enseñanza y el
aprendizaje del conocimiento, y es el caso, que los docentes también poseen la
visión reducida del conocimiento de teoría política basada en el estatismo.
Resulta
obvio porque los estudiantes, hijos de trabajadores y campesinos, no conocen
otra forma de organización social, política y económica, diferente al Estado,
ni mucho menos la cree posible. En el ámbito de las posibilidades, el idealismo
reinante, en ocasiones genuino, y en otras, disfrazado de materialismo, la
posibilidad de ver a Dios es mayor que la posibilidad de considerar posible una
forma de organización diferente al Estado; Dios y Estado van tomados de la mano
y las Escuelas y Universidades se encuentran a su servicio.
Tal
como expresaría claramente Mijaíl Bakunin, anarquista ruso (30 de mayo de
1814-1 de julio de 1876): “Hay una categoría de gentes que, si no cree, debe
menos aparentar que cree. Son todos los atormentadores, todos los opresores y
todos los explotadores de la humanidad. Sacerdotes, monarcas, hombres de
Estado, hombres de guerra, financistas públicos y privados, funcionarios de
todas las especies, policías, carceleros y verdugos, monopolizadores,
capitalistas, empresarios y propietarios, abogados, economistas, políticos de
todos los colores, hasta el último comerciante, todos repetirán al unísono
estas palabras de Voltaire: Si Dios no existiese habría que inventario. Porque,
comprenderéis, es precisa una religión para el pueblo. Es la válvula de
seguridad.”
Ahora
que hago alusión del fragmento de “Dios y el Estado” de Mijaíl Bakunin, es
necesario destacar, que el anarquismo no es la única corriente de pensamiento que
se caracteriza como antiestatista. Algunos liberales y comunistas, sensatos y
de convicción, coinciden en situarse como antagonistas del Estado, pero la
experiencia histórica demuestra como han terminado seducidos por el poder
económico y político que la superestructura estatal les concede; el poder
político es necesario para asegurarse el poder económico y viceversa.
Pero
más allá de las etiquetas de corrientes de pensamiento y su postura frente al
Estado; más allá de que algunos individuos consientan ser sometidos por una
minoría privilegiada que detenta el poder estatal, que prefieran su protección ante
una amenaza de violencia que es generada por el mismo Estado y elijan su
tutelaje entregándole la libertad a cambio; más allá de que algunos individuos anhelen
gobernar a otros por considerar de manera arrogante poseer cualidades,
capacidades y virtudes que aquél no posee;
todo individuo libre y solidario con sus iguales no puede desear otra
cosa que la abolición del Estado.
He
aquí que presento un conjunto términos descriptores de la clásica teoría
política, con el fin de exponer su contraposición libertaria. Se parte de la
noción de Estado puesto que constituye el eje central de esta teoría
tradicional; el gobierno, la representación del Estado; los ciudadanos, la
servidumbre moderna; la nación, un pretexto de dominación y cercas de poder; el
contrato social, la imposición de un acuerdo inexistente; la historia, un
relato de dominación y poder; la gobernabilidad, la capacidad de someter; el
progreso, el fracaso de una ilusión.
En el desarrollo de
cada término se incluyeron fragmentos de diferentes textos libertarios, tales
como: Así hablaba Zaratustra de Friedrich Nietzsche; Dios y el Estado de Mijaíl
Bakunin; La anarquía y el método del anarquismo de Errico Malatesta; Estatismo
y anarquía de Mijail Bakunin; República
y anarquía de Converti; El Estado de Piotr Kropotkin; La rebelión de las masas
de Ortega y Gasset; El político y el científico de Max Weber.
ESTADO
Estado se llama al más frío de todos
los monstruos fríos. Es frío incluso cuando miente; y ésta es la mentira que se
desliza de su boca: "Yo, el Estado, soy el pueblo". Friedrich
Nietzsche, Así hablaba Zaratustra.
“En el fondo, la conquista no sólo
es el origen, es también el fin supremo de todos los Estados grandes o
pequeños, poderosos o débiles, despóticos o liberales, monárquicos o
aristocráticos, democráticos y socialistas también, suponiendo que el ideal de
los socialistas alemanes, el de un gran Estado comunista, se realice alguna
vez.” Mijail Bakunin, El principio del Estado.
“El Estado no se llamará ya
monarquía, se llamará república, pero no dejará de ser Estado, es decir, una tutela
oficial y relarmente establecida por una minoría de hombres competentes, de
hombres de genio o de talento, virtuosos, para vigilar y para dirigir la
conducta de ese gran incorregible y niño terrible: el Pueblo.” Mijaíl Bakunin,
Dios y el Estado.
“Es el conjunto de todas las
instituciones políticas, legislativas, jurídicas, militares, financieras, etc.,
por medio de las cuales se arrebata al pueblo la gerencia de sus propios
asuntos, la dirección de su propia seguridad, confiándolas a algunos que, por
usurpación o por delegación, se hallan investidos del derecho de legislar sobre
todo y para todos y de forzar al pueblo a respetarlos, valiéndose del apoyo que
les presta el poder de todos.” Errico Malatesta, La anarquía y el método del
anarquismo.
“Esta reacción no es otra cosa que
el coronamiento de la idea antipopular del Estado nuevamente constituido, cuyo
único fin es organizar la explotación más vasta del trabajo en provecho del
capital que está concentrado en manos de un puñado: así, pues, es el triunfo
del reino de la alta finanza, de la bancocracia bajo la protección poderosa del
poder fiscal, burocrático y policial que se apoya sobre todo en la fuerza
militar y es, por consiguiente, esencialmente despótico aun enmascarándose bajo
el juego parlamentario del pseudoconstitucionalismo.” Mijail Bakunin, Estatismo
y anarquía.
“Por consiguiente, ningún Estado,
por democráticas que sean sus formas, incluso la República política más roja,
popular sólo en el sentido mentiroso conocido con el nombre de representación
del pueblo, no tendrá fuerza para dar al pueblo lo que desea, es decir la
organización libre de sus propios intereses de abajo a arriba, sin ninguna
ingerencia, tutela o violencia de arriba, porque todo Estado, aunque sea el más
republicano y el más democrático, incluso el Estado pseudopopular, inventado
por el señor Marx, no representa, en su esencia, nada más que el gobierno de
las masas de arriba a abajo por intermedio de la minoría intelectual, es decir
de la más privilegiada, de quien se pretende que comprende y percibe mejor los
intereses reales del pueblo que el pueblo mismo.” Mijail Bakunin, Estatismo y
anarquía.
“Se define Estado como la
institución que posee el monopolio legítimo de la violencia en un territorio”. Max
Weber, El político y el científico.
GOBIERNO
“El gobierno no es un placer, es un
penoso deber: no se busca en él la satisfacción, sea de la ambición, sea de la
vanidad, sea de la avidez personal, sino sólo la ocasión de sacrificarse en
beneficio de todo el mundo. Es por eso, sin duda, que el número de los
competidores en las funciones oficiales es siempre tan pequeño, y por lo que,
reyes y ministros, grandes y pequeños funcionarios, no aceptan el poder más que
a disgusto.” Mijaíl Bakunin, Dios y el Estado.
“Y si a los efectos naturales de la
costumbre se agrega la educación recibida del mismo patrón, del sacerdote, del
maestro, etc. -interesados todos en predicar que el gobierno y los amos son
necesarios, y hasta indispensables-; si se añaden el juez y el agente de
policía, esforzándose en reducir al silencio a todo aquél que de otro modo
discurra y trate de difundir y propagar su pensamiento, se comprenderá cómo el
cerebro poco cultivado de la masa ha logrado arraigar el prejuicio de la
utilidad y de la necesidad del amo y del gobierno.” Errico Malatesta, La
anarquía y el método del anarquismo.
“Gobierno significa delegación de poder,
es decir abdicación de la iniciativa y de la soberanía de todos en las manos de
algunos; administración significa delegación de trabajo, es decir encargo
asignado y recibido, intercambio libre de servicios fundado en pactos libres.
El gobierno es un privilegiado, puesto que tiene el derecho de mandar a los
demás y de servirse de las fuerzas de los demás, para que triunfen sus ideas y
deseos particulares; el administrador, el director técnico, etc., son
trabajadores como los demás, cuando, se entiende, lo sean en una sociedad en la
cual todos tengan los mismos medios para desarrollarse y todos sean o puedan ser
a un mismo tiempo trabajadores intelectuales y manuales, y no queden más
diferencias entre hombres que las que se deriven de la diversidad natural de
las aptitudes, y todos los trabajadores, todas las funciones den un igual
derecho a disfrutar de las ventajas sociales. No confundir la función
gubernamental con la función administrativa, que son esencialmente distintas, y
que si hoy se encuentran a menudo confundidas, es solo por causa del privilegio
económico y político.” Errico Malatesta, La anarquía y el método del
anarquismo.
“Los estadistas más avanzados sostienen
que el gobierno se creó para hacer respetar el pacto social. Absolutamente
falso. La historia nos da la razón. El gobierno es un organismo que sirve para
mantener los privilegios de la clase dominante y solamente puede subsistir con
la división de la sociedad en clases. Pero aun admitiendo que el gobierno pueda
hacer respetar el pacto social, siempre continua siendo, empero una violación
permanente de la libertad, porque un pacto libremente contraído debe ser
siempre libremente modificado, y una fuerza que nos obligue a respetar lo que
voluntariamente se aceptó y queremos modificar, viola nuestra libertad. “El
soberano -escribió Rousseau-, es decir, el pueblo, puede muy bien decir: quiero
actualmente lo que quiere fulano, o, por lo menos, lo que dice querer; pero no
puede decir que lo que fulano querrá mañana lo querrá él también, y, por tanto,
es absurdo imponer cadenas a la voluntad futura, que no debe depender sino de
sí misma”. El gobierno, pues, considerándolo desde el punto de vista mejor, no
puede conciliarse con la libertad. Tendrá que hacer respetar el pacto que le
dio origen, pero como la sociedad varia continuamente, al día siguiente de
constituirse un gobierno se halla, por su misma esencia, en oposición con las
necesidades del pueblo. La sociedad, progresa; el gobierno es estacionario. Por
esto no es posible un progreso continuo, sustituir la revolución sangrienta por
la evolución continua de la sociedad sin quitar de en medio lo que se opone a
esta evolución: el gobierno.” Converti, República y anarquía.
“El gobierno es un simple particular,
que pretende de modo exorbitante, someter a su autoridad al conjunto de otros
particulares de los que extrae su poder.” Gustave Courbet.
NACIÓN
“La patria y la nacionalidad son,
como la individualidad, hechos naturales y sociales, fisiológicos e históricos
al mismo tiempo; ninguno de ellos es un principio. Sólo puede considerarse como
un principio humano aquello que es universal y común a todos los hombres; la
nacionalidad separa a los hombres y, por tanto, no es un principio.” Mijaíl
Bakunin, Patria y nacionalidad.
CIUDADANO
“Admitir que los ciudadanos
constituyan entre sí una federación que se apropie algunas de las funciones del
Estado, hubiera sido, en principio, una contradicción. El Estado pide a sus
súbditos la sumisión directa, personal, sin intermediarios; quiere la igualdad
en la servidumbre, no puede admitir el Estado dentro del Estado.” Piotr
Kropotkin, El Estado.
CONTRATO SOCIAL
“Se ve que en esta teoría, la
sociedad propiamente dicha no existe; la sociedad humana natural, el punto de
partida real de toda civilización humana, el único ambiente en el cual puede
nacer realmente y desarrollarse la personalidad y la libertad de los hombres,
le es perfectamente desconocida. No reconoce de un lado más que a los
individuos, seres existentes por sí mismos y libres de sí mismos, y por otro, a
esa sociedad convencional, formada arbitrariamente por esos individuos y
fundada en un contrato, formal o tácito, es decir, al Estado (Saben muy bien
que ningún Estado histórico ha tenido jamás un contrato por base y que todos
han sido fundados por la violencia, por la conquista. Pero esa ficción
delcontrato libre, base del Estado, les es necesaria, y se la conceden sin
másceremonias).” Mijaíl Bakunin, Dios y el Estado.
“Los anarquistas presentamos un método
nuevo; la libre iniciativa de todos y el pacto libre después de que, abolida
revolucionariamente la propiedad privada, todos estén en posesión de igualdad
de condiciones para disponer de la riqueza social. Es te método, no dejando
lugar a la reconstitución de la propiedad privada, debe conducir, por medio de
la libre asociación, al triunfo del principio de solidaridad.” Errico Malatesta,
La anarquía y el método anarquista.
HISTORIA
“El materialismo rechaza el
principio de autoridad porque lo considera, con mucha razón, como el corolario
de la animalidad y, al contrario, el triunfo de la humanidad, que según él es
el fin y el sentido principal de la historia, no es realizable más que por la
libertad.” Mijail Bakunin, Dios y el Estado.
“La historia, en el sistema de los
idealistas, he dicho ya, no puede ser más que una caída continua. Comienzan con
una caída terrible, de la cual no se vuelven a levantar jamás: por el salto
mortale divino de las regiones sublimes de la idea pura, absoluta, a la
materia. Observad aun en qué materia: no en una materia eternamente activa y
móvil, llena de propiedades y fuerzas, de vida y de inteligencia, tal como se
presenta a nosotros en el mundo real; sino en la materia abstracta,
empobrecida, reducida a la miseria absoluta por el saqueo en regla de esos
prusianos del pensamiento, es decir, de esos teólogos y metafísicos que la desproveyeron
de todo para dárselo a su emperador, a su Dios; en esa materia que, privada de
toda propiedad, de toda acción y de todo movimiento propios, no representa ya,
en oposición a la idea divina, más que la estupidez, la impenetrabilidad, la
inercia y la inmovilidad absolutas.” Mijail Bakunin, Dios y el Estado.
“La historia es un puñado de
mentiras acordadas”. Napoleón Bonaparte.
“Incluso el pasado puede
modificarse; los historiadores no paran de demostrarlo”. Jean Paul Sartre.
“¿Quiénes son los guardianes de la historia?
Los historiadores naturalmente. Las clases educadas, en general. Parte de su
trabajo es el de conformar nuestra visión del pasado de manera que sostenga los
intereses del poder presente. Si no lo hacen así, serán probablemente marginados
de una manera o de otra.” Noam Chomsky.
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